La elegancia de Valentino modernizada por Facchinetti


La nueva diseñadora de la casa Valentino, Alessandra Facchinetti, modernizó el estilo de la firma respetando al mismo tiempo su espí­ritu, en la colección de príªt-í -porter femenino para el próximo invierno, presentada ayer en las pasarelas de Parí­s.


La diseñadora, que reemplazó al fundador de la casa en septiembre pasado, propuso un vestuario menos pletórico que los preparados por el maestro Valentino, abandonando el «glamour» hollywoodiano sin renunciar a su elegancia refinada.

Alessandra Facchinetti imagina el invierno en trajes sastre de faldas fluidas y chaquetas cortas, abrigos trapecio de abotonadura doble, vestidos de muselina de talle marcado por un cinturón de hebilla dorada.

Las mangas se ensanchan a menudo. Los vestidos y faldas se adornan con cascadas de volantes que parecen haber sido cortados con láser. Un gran lazo negro puntúa un vestido de seda blanco con volados irregulares.

Los vestidos largos son más sobrios que los de su predecesor, sus colores más ténues.

El célebre rojo Valentino aparece al final del desfile en un abrigo con cuatro bolsillos con cordoncillo dorado, o en un largo vestido con volados en la espalda.

«Elegancia, pura elegancia y feminidad, ese es el eje sobre el que gira todo», declaró Alessanda Facchinetti al terminar el desfile, recalcando que el estilo Valentino «es la base fundamental» de su trabajo. «Eso no puede cambiar. Sólo las proporciones cambian, son más modernas», agregó.

Por su parte, la diseñadora Anne-Valérie Hash, que ingresó el año pasado el exclusivo cí­rculo de la alta costura, propuso una colección de príªt-í -porter que se divierte con monos-trajes prí­ncipe de gales y efectos ópticos: el vestido parece bustier, el vestido pantalón puede confundirse con un conjunto de pantalón masculino y pulóver.

La paleta de colores despliega una gama de tonos apagados, del salmón al gris, pasando por el azul o el amarillo mostaza.

Para la casa Givenchy, el diseñador Riccardo Tisci propuso una moda suntuosa, rica en volantes, fruncidos nido de abeja, chorreras gigantes y adornos de pasamanerí­a.

Blusas de marqués de amplias mangas llevan cuellos con chorreras de volantes. Los volantes corren también por el cuerpo de las camisas y adornan los puños. La silueta estilizada es acentuada por negros pantalones ajustados al cuerpo.

El diseñador juega con la transparencia de gruesos apliques de cristal, que crean sorprendentes relieves en las sedosas blusas. Otros apliques, éstos negros, adornan abrigos claros asociados con cordoncillos de pasamanerí­a que dibujan arabescos.

Por su parte, Christian Lacroix propone una moda alegre de falditas de terciopelo labradas, vestidos de tonos vivos con grandes escotes-lazos. Otros, casi rectagulares delante y retenidos en la espalda por una cascada de tela, dibujan la silueta con una amplitud nueva, declinándose en lana y seda negra, en piel verde o en raso estampado multicolor.

Cortos vestidos negros se adornan con pecheras espectaculares bordadas con fibras como mechas y baquelita, y sorprenden con sus mangas-guantes engalanadas de plumas.

«Elegancia, pura elegancia y feminidad, ese es el eje sobre el que gira todo».

Alessanda Facchinetti