Cada vez menos niños, niñas y adolescentes se inscriben en las escuelas e institutos públicos debido a la baja calidad de la enseñanza y a la ausencia de garantías de gratuidad. Esto abre importantes espacios para el negocio de la educación privada, del que se benefician los colegios y liceos.
ejuarez@lahora.com.gt
María Guerra es una madre soltera que cada año encuentra el panorama más complicado en la educación, a causa del aumento en el costo de los útiles escolares, los uniformes y las mensualidades del colegio privado en el que estudian sus tres hijos.
Sin embargo, Guerra dice que tiene que esforzarse para pagar la educación de sus hijos en un colegio porque considera que las escuelas públicas “ya no enseñan como antes”. “Prefiero pagar para que mis hijos reciban educación, a que se mantengan en huelgas o no reciban clases”, explica.
Aunque está consciente que la enseñanza brindada por el colegio no garantiza una calidad educativa adecuada para sus hijos, Guerra sabe que en una escuela pública la situación no es mejor.
Otro es el caso de Carmen López, quien inscribió a sus tres hijos en una escuela pública, porque considera que es “imposible” pagar algo mejor, teniendo en cuenta sus ingresos y los de su esposo.
“Me gustaría mucho que mis hijos tuvieran una educación más personalizada, pero lamentablemente no tengo las condiciones económicas para apuntarlos en un colegio privado”, dice.
López reconoce que aunque sus hijos estudien en una escuela, la enseñanza siempre implica un alto gasto mensual. “Dicen que la educación en la escuela es gratis, pero siempre hay que gastar en otras cosas, como el uniforme, los útiles y otros utensilios que piden”, expone.
Pocas familias pueden garantizar la adecuada formación académica de sus hijos por las limitantes que delinea la situación económica, sin embargo, la mayoría prefiere inscribir a los niños y niñas en colegios privados, o al menos esa es su aspiración.
EN CAÍDA
De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Educación (Mineduc), durante 2011 las inscripciones en las instituciones públicas llegaron a 3 millones 293 mil 542 alumnos y en el sector privado fueron 861 mil 266.
En 2012 la matrícula se redujo en lo público a 3 millones 174 mil 821 estudiantes, en contraposición del aumento que en ese mismo año reflejaron las instituciones privadas, que contabilizaron 882 mil 736 alumnos inscritos.
Según el Mineduc, el año pasado las inscripciones en el sector público cayeron a 3 millones 095 mil 286 alumnos y en el sector privado fueron de 880 mil 380, lo cual quiere decir que existe una reducción de alumnos en las escuelas e institutos, aunque también en los colegios.
Durante el 2014, las proyecciones indican que las inscripciones en las instituciones públicas llegarán a 3.1 millones de estudiantes y en el sector privado a 875 mil alumnos.
Las estadísticas evidencian que entre el 2011 y 2014 la matriculación en el sector público descendió, especialmente en 2013, aunque las autoridades del Mineduc esperan una leve recuperación este año.
Los colegios y liceos privados, en cambio, evidencian un aumento de estudiantes en el periodo analizado, aunque también hubo una baja en 2013 y se proyecta una más importante para este año.
EXPLICACIONES
Fernando Ruano, director del Instituto Normal Para Señoritas Centro América (INCA), jornada vespertina, indica que en ese establecimiento la merma en estudiantes fue evidente con la reforma educativa.
Ese proyecto suprimió la carrera de Magisterio, que constaba de tres años de estudio, y la convirtió en un Bachillerato en Educación, que consta de dos años de estudio en el nivel medio, que solo son efectivos para trabajar si se complementan con tres años de estudios universitarios.
Durante el 2012, el INCA tenía cerca de 1,800 alumnas, pero en 2013, al desaparecer la carrera de Magisterio por la reforma educativa, automáticamente desaparecieron cinco secciones de cuarto magisterio, y el total de estudiantes se redujo a 1,450.
Para el 2014 el panorama es aún más desalentador, porque las estudiantes de quinto magisterio dejan el establecimiento y desaparecieron otras cinco secciones, lo que reduce el número de alumnas a 1,100.
Según Ruano, esto se debe a que al alumnado no le satisface el Bachillerato en Educación producto de la reforma a la carrera magisterial, mientras que en el magisterio veían la posibilidad de obtener un título y trabajar para ayudar a sus familias.
“Estamos viendo aspectos socioeconómicos; por eso los colegios de dinero no tenían magisterio, porque el que tiene no le interesaba esto, le interesaba salir de bachiller e ir a la universidad, pero en los colegios clase media y sector público el magisterio era visto como una profesión”, dice Ruano.
Por otro lado, Lucía Verdugo, oficial de Educación de Unesco Guatemala, considera preocupante que haya una disminución en la cobertura educativa, porque la expansión de la cobertura había sido un logro obtenido después de un gran esfuerzo nacional.
El acceso a la educación es un objetivo del milenio que se ha tratado de alcanzar aun descuidando la calidad, ya que muchas veces se ha querido hacer las dos cosas y no ha sido posible.
Verdugo dice que en la educación existen múltiples factores que intervienen, puesto que es una actividad que involucra un esfuerzo familiar, la apertura del hogar y la valorización de la educación como un medio de movilidad socioeconómico de las personas.
Entonces hay que estudiar la relación que tiene esta baja de la cobertura en educación, con otros indicadores sociales del país, por ejemplo la pobreza.
“Si vemos indicadores de pobreza como el tema de la desnutrición, vemos que la familia está priorizando la alimentación de los hijos”, señala.
A criterio de Verdugo, hay condiciones de pobreza que no está permitiendo a las familias enviar a los niños a la escuela o inscribirlos, por lo que es muy importante mantener la gratuidad por este tema.
“Lo que siempre nos va a costar es que la educación llegue a los más marginados, y es allí donde debemos poner el esfuerzo principal”, apunta.
Verdugo indica que es necesario prestarle atención a los factores que van en el contexto del tema educativo del país.
UN PROBLEMA ANUNCIADO
En una visita al país en 2008, el Relator Especial para Educación de las Naciones Unidas, Vernor Muñoz, dijo que era «dramático y lamentable» constatar que el 80% de la educación media está en manos de colegios privados, lo cual deriva en la imposibilidad de miles de familias de asegurar la educación básica y diversificada para sus hijos e hijas a causa de la pobreza.
«La tendencia hacia una privatización de la educación atenta contra el principio de gratuidad establecido en los instrumentos del derecho internacional, contradice el principio de Educación para todos y el artículo 71 de la Constitución», dijo el experto.
Según el Relator, «efectivamente» muchas familias deben cubrir diversas cuotas y gastos escolares, que van desde pequeñas contribuciones hasta el pago de docentes.
En 2012 había 28 mil 844 graduandos registrados en institutos públicos, 6 mil 325 en institutos por cooperativa y mil 708 en establecimientos municipales, mientras que en los colegios privados había 100 mil 589 –el 73.17 por ciento de los estudiantes.
Analistas y expertos consideran que el deterioro de la calidad de la enseñanza en el sector público no es una simple casualidad, sino una forma “solapada” de privatizar la educación. Esto porque las deficiencias del sector público crean la necesidad de los colegios y así se beneficia a quienes consideran la enseñanza como un negocio o una oportunidad de lucro.
Ruano y Verdugo coincidieron en que la situación se puede revertir y se deben duplicar los esfuerzos para que las familias guatemaltecas encuentren un sistema educativo público de calidad y gratuito.
Vernor Muñoz
Relator Especial para Educación de las Naciones Unidas