La educación, la pobreza y la inseguridad agobian a la niñez


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La niñez y la adolescencia podrían representar un mejor futuro para la sociedad, pero eso está muy lejos de ser una realidad, debido a que actualmente la sociedad no les garantiza un presente justo y equitativo a los menores de edad, y pinta un panorama incierto para su desarrollo. Organizaciones sociales, activistas y los mismos niños opinan que se debe emprender un cambio para que los adultos hereden un país a las nuevas generaciones, que les permita vivir en paz y armonía.

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POR REDACCIÓN LA HORA
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¿Cuál es la herencia de las futuras generaciones?

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Guatemala es  uno de los países con mayores problemas de desigualdad mundialmente y de esa cuenta se estima que este año habrá 15.4 millones de habitantes, de los cuales 7.3 millones serán niñas, niños y adolescentes, mientras que 2.7 millones  serán menores de cinco años.

Y aunque son una mayoría, el Estado destina una proporción mínima de recursos para su desarrollo, pues según Unicef, en 2013, el presupuesto de la Nación destinará Q13,634.5 millones para la búsqueda del bienestar de la niñez y adolescencia. Esta cifra representa el 20.4% del presupuesto total, “lo que permite identificar el sesgo pro adulto que continúa teniendo el presupuesto”.

El país está muy lejos de proporcionar espacios y recursos suficientes para su desarrollo, pues la pobreza es un problema de impacto nacional que no perdona a los niños y niñas. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2011 (Encovi 2011), el 53.7 por ciento de la población  vive en condiciones de pobreza, mientras que un  13.3 por ciento vive en condiciones de pobreza extrema.

La Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos  (ENEI-2012), revela que el 19% del total de  niños y niñas comprendidos entre 7 y 14 años  son trabajadores infantiles, es decir,  aproximadamente 588 mil niños. En este caso, la mayor tasa de ocupación se  registra en el área rural, en donde este  segmento poblacional representa el 25 por ciento de los  trabajadores. Desde una perspectiva étnica se  estima que la población indígena representa  aproximadamente el 59.6% del trabajo infantil.

Las condiciones económicas adversas suponen un gran problema para el desarrollo, pero a ellas se suman la violencia, la discriminación y la exclusión, para formular un ambiente que hace imposible a los niños y niñas el acceso a la alimentación, la educación y la salud, esenciales para forjar su futuro.

Aunque se trata de un problema mayor en Guatemala, los menores también opinan y expresan su sentir sobre las necesidades de la niñez y adolescencia para salir adelante y trabajar por su país.

¿QUÉ DICEN LOS NIÑOS?

“Construiría, aunque no me diera tiempo, un montón de escuelas buenas con buenos maestros… quisiera salvar a los animales del peligro de extinción y plantar más árboles”, fue la respuesta de Fátima, de 7 años, cuando se le preguntó qué haría por su país si llegase a ser Presidenta.

Así como Fátima, muchos niños en el país sueñan con mejoras en diferentes áreas del país que debido a la falta de voluntad y la escasa inversión económica no se han logrado.

Natalia, de 11 años, considera que la pobreza es el principal problema del país y es en eso en lo que se tienen que enfocar los políticos, en lugar de ocupar su esfuerzo y recursos en campañas políticas.

“Tienen que hacer algo por los niños más pobres, porque sus familias no tienen para comer y tampoco para mandarlos a estudiar. Todos los políticos prometen que van a resolver los problemas, pero no es cierto. Si tienen mucho dinero deberían usarlo para los más pobres”, señala.

Por otro lado, José Francisco, de 10 años, considera que es preocupante observar a diario las noticias sobre sucesos de violencia y nadie hace algo para frenar el derramamiento de sangre.

“Es triste ponerse a pensar en todos esos niños que se están quedando sin sus papas porque los asaltan y los matan. Yo quisiera que alguien parara esto, porque nos ponen tristes y asustados a todos”, señala.

“Yo cambiaría en el país a las personas para que no contaminen tanto los lugares, también que las personas malas paren de ser malas y que los capturen y que en lugar de usar carros se pueda caminar”, opinó María André, de 7 años.

Los cuatro niños entrevistados, mostraron preocupación por el tema de la excesiva contaminación, y a pesar de que existe una ley de prevención y adaptación al cambio climático en el país, esta continua sin aplicarse pues los niveles de corrupción  siguen afectando las decisiones de las autoridades, lo que ha derivado en el incremento del impacto negativo del hombre sobre el medio ambiente.

Es así que hoy continúa vigente con la tala inmoderada de árboles, la depredación de la flora y de la fauna, que a la posterioridad afectará en primer plano a las comunidades que viven de estos recursos.

LA HERENCIA

Para Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes, como primer punto es necesario que los guatemaltecos tomen conciencia  del país que se hereda a los niños.

“Los adultos somos los generadores de las dinámicas de  violencia, somos los generadores de las dinámicas de la pobreza, de la destrucción de nuestro medio ambiente. Entonces,  es importantísimo que empecemos a tomar conciencia de estos grandes problemas y que  tomemos conciencia de que tenemos responsabilidad de lo que hoy tenemos”, indica.

Es así que los adultos pueden y deben empezar a exigir a las autoridades la transformación de la realidad de la sociedad guatemalteca mediante  la realización de actividades positivas que promuevan el cumplimiento de  las leyes, y mediante las instituciones que permiten implementar la ley, solo resta la voluntad política, opina.

“La solución a estas problemáticas están en nuestras manos,  es solo que queramos cambiar esta realidad y que lo hagamos por el amor que le tenemos que tener a nuestros hijos”, opina la activista de derechos humanos.  De esta forma, parte de la solución se encuentra en unificar esfuerzos, tanto los tres poderes como la ciudadanía en conjunto, para así empezar a construir el país que sueñan los niños.

A decir de Leonel Dubón, director Ejecutivo de la Organización de Refugio de la Niñez, en Guatemala uno de los motivos por lo que los sueños de los niños no se cumplen se debe a la escasa inversión económica. 

“Necesitamos un mejor sistema educativo, necesitamos un mejor sistema de salud, necesitamos mejores familias. Este no es solamente un problema del Estado, del Gobierno, sino que es un problema de todos porque también al interior de las familias no estamos contribuyendo para que los niños se realicen en todos sus sueños”, opina Dubón, quien además indica que la falta de orientación de los padres  resulta en la toma de malas decisiones.

RECURSOS FUNDAMENTALES

Y todo esto deviene de la poca inversión que se da para hacer efectivo el cumplimiento de estos objetivos, por lo que Dubón considera que “es necesario tener una mejor inversión enfocado a los programas de niñez”.

A pesar de que es importante destinar fondos al mantenimiento y construcción de la infraestructura del país,  es más importante cubrir los gastos de ministerios como el de Salud, de Desarrollo y de Educación, a los cuales durante la aprobación del presupuesto general, en años anteriores, se destinaron grandes montos que luego fueron removidos mediante las transferencias condicionadas, lo que resultó en el debilitamiento de la institucionalidad.

“Un niño no puede construir sus sueños solo en base a sus pensamientos o las buenas intenciones de la familia, se necesitan condiciones mínimas de desarrollo, entonces, pareciera que no ha habido voluntad de ningún gobierno, en los últimos 20 años, por hacer una inversión importante en materia de niñez”, explica el director de Refugio de la Niñez.

“Como sociedad no podemos exigir ni podemos decir que en los jóvenes está el presente y el futuro de Guatemala, no les podemos dar  esa carga, esa responsabilidad cuando  no les estamos dando, desde ya,  los instrumentos, los medios para que el día de mañana ellos lleguen a jugar un papel diferente al que nosotros hemos jugado” , opina Cruz.

“El aporte de nuestros chiquitos es no darse por vencidos… es decir, que  a pesar de obstáculos y a pesar de las limitaciones, ellos tienen que hacer el esfuerzo de estudiar, de capacitarse para que puedan, el día de mañana, contar con mejores oportunidades”, expresa la activista.

En este sentido, a pesar de que aún falta mucho por hacer para que los sueños de la niñez de acabar con el hambre, la pobreza, la violencia y la contaminación, se cumplan, la conmemoración a la niñez, el primero de octubre, va más allá de encandilar o celebrar a los niños con regalos pues se trata de entender y aceptar que un día ellos serán quienes lideren el país, concluyó Dubón.

GASTO PARA NIÑEZ
LA VISIÓN DE UNICEF

DESNUTRICIÓN
Se estima que los esfuerzos para combatir la desnutrición deberían representar  en 2013 una inversión adicional de Q939.0 millones (0.22% del PIB), los cuales giran en torno a  programas como microcréditos a beneficiarios de hogares comunitarios, dotación de  micronutrientes, programas de alimentación complementaria, prevención de enfermedades  mediante inmunizaciones, agua potable y saneamiento, y monitoreo y evaluación de políticas  públicas.

SALUD
Por su parte, en materia de salud, se estima que los esfuerzos adicionales representan en conjunto  Q219.3 millones (0.05% del PIB) adicionales en 2013, bajo los cuales se incluye el fortalecimiento  del recurso humano en el primer nivel de atención y de auxiliares de enfermería comunitaria;  provisión de insumos necesarios para el buen funcionamiento; ampliación de la cobertura,  equipamiento y dotación de medicamentos en el primer nivel de atención; mejoramiento en los  sistemas de información (indicadores de cobertura compatibles con el Sistema de Información  Gerencial en Salud) y finalmente medidas de gestión y evaluación de medidas emprendidas en el  primer nivel de atención.

EDUCACIÓN
En cuanto a la educación, se estima que se necesitan Q4,774.0 millones (1.1% del PIB) adicionales en los niveles iniciales, preprimario, primario, básico, diversificado, educación extraescolar y  combate al analfabetismo. Estos esfuerzos incluyen capacitación docente, dotación de alimentos,  provisión de textos escolares, transferencias condicionadas, fortalecimiento en procesos de  gestión, ampliación de cobertura y gratuidad del sistema educativo.

“Los adultos somos los generadores de las dinámicas de  violencia, somos los generadores de las dinámicas de la pobreza, de la destrucción de nuestro medio ambiente. Entonces,  es importantísimo que empecemos a tomar conciencia de estos grandes problemas y que  tomemos conciencia de que tenemos responsabilidad de lo que hoy tenemos”.
Norma Cruz
Fundación Sobrevivientes