La economí­a que Guatemala necesita


Es indudable que nuestro paí­s está inmerso en las corrientes económicas mundiales y, hoy más que en cualquier otra época el Estado está siendo asaltado por verdaderas bandas de polí­ticos ligados con el crimen organizado. Por el momento no pensemos en el Estado fuerte ni en el mercado puro, Guatemala necesita de un movimiento popular, el que tiene que nacer de un sentimiento nacional y luchar por la dignidad que sólo la patria puede despertar.

í“scar Enrique Alvarado S.

En la historia del mundo tenemos ejemplos de lucha de los pueblos en contra de invasores e injusticias, tal como sucedió en China donde el pueblo expulsó a los tiranos mongoles. Los productos de primera necesidad encarecieron demasiado y, en 1340 estallaron revoluciones contra de la dinastí­a Yuan, mediante un sentimiento nacional.

En Francia el pueblo representado en la comuna, por lo menos en dos oportunidades, luchó en las calles en un gesto de revolución propia de los trabajadores humildes. En 1358 por primera vez hubo una jornada revolucionaria.

En 1381 surgieron levantamientos rurales en Inglaterra.

En Flandes hubo serias protestas en 1379 cuando los obreros de Gante se enfrentaron a un verdadero ejército.

El sentimiento nacional puede surgir cuando en nuestra conciencia esté claramente evidenciada la necesidad de una lucha popular.

Comprendo que en 1996 quedó firmada la paz que terminó con la guerra interna, pero han surgido nuevas actitudes de los polí­ticos corruptos que hace pensar en nuevos frentes de batallas, quizá sin armas pero sí­ con mucho valor contra de: diputados delincuentes, funcionarios con dos y más trabajos, lo que da origen a plazas fantasma, organizaciones no gubernamentales, ONG, inoperantes y que reciben dinero proveniente del gobierno, el Parlamento Centroamericano que se ha convertido en nido de presidentes y vicepresidentes pí­caros, contratos millonarios otorgados a familiares de ministros… en fin, serí­a largo enumerar todas las formas de enriquecimiento ilí­cito, y si este diario combativo me permite espacio puedo seguir mencionando.

Será entonces la economí­a que nace de la vergí¼enza nacional en contra de tanto corrupto en los tres organismos del Estado; es la economí­a del sentido común de llevar una vida honesta.

No hago referencia a las brillantes ideas de economistas austriacos, de los Estados Unidos y de los Neomarxistas.

El alza en los precios y las quiebras fraudulentas de bancos justifican la insurrección. Que a nadie se le acuse de desestabilizador o de sedición cuando el pueblo proteste.

Será una lucha por la vida. Ya se han perdido los valores y solamente se piensa en la utilidad inmediata. Ante esto estoy convencido de que únicamente el pueblo salva al pueblo.

Es urgente una protesta nacional.