La dulce miel está en el desgastado Palacio Nacional


La imagen muestra un panal de abejas adherido al Palacio Nacional de la Cultura. Inserta, una imagen de las grietas en la edificación. JOHAN ORDOí‘EZ

Agrietado y sucio, pero dulce, así­ se encuentra el Palacio Nacional, un edificio emblemático del Ejecutivo en franco deterioro -como el Estado-, que a la vez guarda una dulce miel -como el poder-. Cualquier parecido con la realidad es una coincidencia.

Andrea Orozco
aorozco@lahora.com.gt

El Palacio Nacional de la Cultura, un sí­mbolo de poder y autoridad, es uno de los principales atractivos del Centro Histórico. Sus muros, verdosos y cubiertos de grietas, se asemejan a la desintegrada sociedad, mientras que un panal de miel, al frente del edificio, recuerda el dulce poder que todos quisieran tener.

Al pararse frente al imponente edificio y observarlo detenidamente, este pareciera ser el fiel reflejo de la situación en que se encuentra Guatemala, grietas que recorren las paredes del sí­mbolo del dominio que puede tener un grupo sobre el paí­s.

Grietas que bien pueden representar la corrupción, falta de alimentos, problemas económicos, falta de seguridad, crisis de gobernabilidad, discriminación, precios altos en la canasta básica, incremento en el precio de la luz, inseguridad en el transporte, inconformidad con la tenencia de tierra, asaltos a turistas, etc.

Por otro lado, la miel, el dulce manjar que se obtiene del panal, que se ubica casi al centro del Palacio, esa miel puede compararse con el poder, el goce al tener el mando de una Nación, el sabroso manjar por el que grupos polí­ticos luchan durante cuatro años, pero con mayor intensidad en los cuatro meses anteriores a las elecciones generales.

La miel se parece al poder, por el cual es necesario prometer el cielo y la tierra a los guatemaltecos, por el que se vale, de ser necesario, asegurar que se acabará con la violencia, que la canasta básica no subirá, que todos los sectores de la población serán incluidos y que no se será un polí­tico más. Algunos incluyen los impuestos.

LOS CUIDADOS

Al consultar con Marí­a Trinidad Gutiérrez, administradora del Palacio Nacional de la Cultura, explica que debido a la antigí¼edad del edificio y el material de construcción, la fachada del Palacio se deterioró a causa del calor, la contaminación y otros factores.

Además, indica que ya se presentó un proyecto de restauración para el frente del edificio, sin embargo este no se ha puesto en marcha pues no se cuenta con el presupuesto necesario para hacerla efectiva.

El presupuesto con que se cuenta anualmente para el mantenimiento del Palacio es de Q1 millón 400 mil, sin embargo, para poder hacer los trabajos necesarios en el frente del edificio son necesarios Q10 millones, ya que se pretende hacer la resinación de columnas que están en mal estado, y no únicamente calar el inmueble.

La oficina de cooperación del Ministerio de Cultura y Deportes ya ha gestionado la manera de obtener fondos para realizar la remodelación, pero, indica la entrevistada, «hay prioridades en el paí­s, hay cosas más importantes que la fachada del Palacio Nacional», señala Gutiérrez, quien además indica que el material necesario para el trabajo no se encuentra en Guatemala

Por otro lado, el retiro del panal de abejas que se ubicaba en el edificio fue cuestión de tiempo, a pesar que al ingreso de la nueva administración, hace poco más de 10 meses, este adorno de la naturaleza ya se encontraba en el lugar.

Para limpiar el área se realiza la evaluación respectiva, tanto para conocer si las abejas representan un riesgo, como para evitar que las personas que transitan por él no resulten perjudicadas en su salud, «todo lleva un proceso, pero ya se hacen las gestiones necesarias para retirar el panal», indica la administradora.

«No es solo que se vea bonito sino cortar todo el mal de raí­z, las grietas cada dí­a se profundizan y no se debe tapar solo los agujeros.», dice la encargada.

HISTORIA ANTIGíœEDAD


La construcción del Palacio Nacional inició el 4 de julio de 1937, cuando el dictador Jorge Ubico era gobernante. La edificación estuvo a cargo del maestro de obras Ví­ctor Muralles y los ingenieros Rafael Pérez de León, Arturo Bickford y Enrique Riera.

Las puertas y ventanales del edificio fueron encargadas a los talleres Feltrin, cada detalle de ellas fue supervisado por Humberto Soto y los pisos fueron diseñados por Carlos Rigalt, su color verde es natural resultado de la mezcla de materiales como cemento, granito y oxidación de bronce, utilizados para su construcción.

El edificio tiene 127 metros de largo, 70 metros de ancho y 30 metros de alto, fue construido en tres bloques separados por fajas de asfalto, esto con el fin de estar preparados en caso de sismos y prevenir el efecto de la dilatación de los materiales por el calor.

Más de 350 habitaciones componen la estructura para cuya construcción se invirtieron 2 millones de quetzales, y resguardó por muchos años las oficinas de la Presidencia de la República y los diversos ministerios.

El palacio fue creado para albergar las oficinas de la presidencia y los ministerios, está dividido en alas, siendo la más importante la que alberga el Patio de la Paz, que con un monumento en bronce recuerda que fue allí­ donde se firmaron los Acuerdos de Paz durante la presidencia de ílvaro Arzú.

El 11 de junio de 2001 el Ministerio de Cultura y Deportes queda a cargo del Palacio Nacional y es a partir de entonces que se le conoce como Palacio Nacional de la Cultura.

¿Qué pasarí­a si se alborotaran las abejas en una visita oficial?