La doctrina social de la Iglesia


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Las actividades de la Semana Santa con las cuales se conmemora la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, son un marco propicio para renovar las reflexiones sobre la trascendencia de los Diez Mandamientos transmitidos por Dios, y la importancia de la doctrina social de la Iglesia.

Félix Loarca Guzmán


Estos Mandamientos llevan implícita una concepción de los derechos fundamentales de las personas, aunque expuestos en forma negativa, en frases como No matarás, No robarás, etc.
En ese contexto, hay que señalar que Jesús es considerado como el Primer Procurador de los Derechos Humanos en el mundo.  El destacado académico Luis Ernesto Cáceres R., ha señalado que fueron las enseñanzas de Jesús, las que impregnaron realmente el humanismo intrínseco que la Iglesia pregonara posterior a su muerte.
Uno de los Mandamientos más importantes difunde el mensaje de “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Desdichadamente, en Guatemala hay muchas personas que entendieron mal ese Mandamiento, pues lo que hacen es odiarse los unos a los otros en un escenario de profunda descomposición social.
La  crisis que se afronta actualmente en gran parte del globo terráqueo, tiene su origen en el olvido de las enseñanzas de Jesús, quien no solo criticaba la codicia de los ricos, sino que abogaba porque su corazón despertara ante la realidad de los pobres. También expresaba su tristeza porque muchas personas viven  demasiado apegadas  a las riquezas materiales. 
Luego de transcurrido tanto tiempo, existen seres humanos que aún no tienen claro el concepto de la pobreza, por lo que es oportuno recordar que Naciones Unidas ha definido este flagelo como la denegación de los derechos humanos.
La pobreza es el más grave de los desafíos que afronta actualmente el mundo en lo que respecta a los Derechos Humanos. Investigaciones de ese organismo mundial, han llamado la atención que el 40 % o más vive con la realidad de la amenaza de una pobreza extrema.
En nuestro medio, preocupa el enorme derroche de recursos  provenientes de los impuestos que paga el pueblo, en gastos de propaganda o publicidad que hace el Gobierno del Presidente Otto Pérez Molina a través de los diferentes medios de comunicación,  mientras los hospitales y las escuelas afrontan graves carencias que debilitan la adecuada atención a los enfermos y la educación a los niños.
En una histórica encíclica, el Papa Juan XXIII, manifestaba su dolor por la carrera de armamentismo que en nombre de la paz, es impulsada por las naciones económicamente más desarrolladas, con la consecuencia clara de pueblos que viven bajo un perpetuo temor, como si les estuviera amenazando una tempestad. Estas son realidades hostiles que ofenden a Dios.