Escribir comentarios u opiniones en el Diario LA HORA es un privilegio del que aún gozamos determinadas personas; escribir para resumir, trasladar, analizar, explicar o simplemente comunicar nuestras ideas es un trabajo especial que lleva implícita la gran responsabilidad de saber lo que se va a decir.
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Jamás he pretendido saber algo más que los demás, yo sé lo que aprendí a través de la vida, de los estudios y de la transmisión oral de los mayores, tal vez no sea mucho para quienes presumen de doctos en todología y que pretenden que su saber y verdad prevalezcan sólo porque es de ellos.
Escribir poesía es una actividad que sale a luz para deleite o conocimiento general, pero… no a todos les gusta lo que escriben los poetas que se atrevieron a publicar sus emociones, afanes, ideales o la forma de ver la vida. Siempre habrá inconformes a quienes no les gusta por una u otra razón; y creen tener buen criterio para criticar -según ellos- y lanzan furiosas opiniones creyendo poseer la absoluta verdad.
En Guatemala existe desde hace muchos años la tiranía de la estupidez, manifestada en forma exacerbada por quienes ostentan la calidad de analfabetas funcionales, recalcitrantes y por aquellos que pretenden que la vida sea en color, blanco o negra y nada más.
Según el DRAE, OPINIí“N deriva de las palabras: «Del idioma latín, opinio, -onis» el significado es «Dictamen, juicio o parecer que se forma de una cosa cuestionable». Es muy difícil para quien escribe comentarios u opiniones, quedar bien con los lectores, porque debido a la amplia cultura o amplia ignorancia que tengan, así interpretarán lo escrito.
El objetivo de escribir en un periódico como LA HORA, para mí, es colaborar con la sociedad, para exponer los problemas del diario vivir y las posibles soluciones a los mismos; que se tomen en cuenta mis opiniones o comentarios por las autoridades, es cosa aparte; sin embargo, algunas de esas opiniones publicadas fueron atendidas porque llevaron su dosis de razón. La sociedad guatemalteca que ES UNA y nada más, sufre los embates de la irracionalidad gubernamental con los gobiernos de turno, sean estos nacionales o municipales; y ante tanto latrocinio los medios de comunicación aportan su colaboración en el sentido de permitir la denuncia, comentarios, opiniones respecto a la problemática existente en los campos de la educación, salud, vivienda, economía, trabajo, comunicaciones y otros.
Valga el presente artículo para reafirmar ante el público lector el objetivo principal de mis comentarios u opiniones en LA HORA; si llegó el mensaje, ¡pues qué bueno!, de lo contrario, pues tuve la satisfacción de haber intentado cambiar el status quo de nuestra realidad para beneficio de la sociedad en general, no sólo para la «sociedad civil», «sociedad militar», «sociedad banquera», «sociedad económica» o las «sociedades» que los grupúsculos de quince o veinte personas pretenden representar.