La diferencia entre hombre o mujer divorciados, y la soledad de Harold


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“Yo no sé quién va más lejos, La montaña o el cangrejo…” Facundo Cabral

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

 


Con vergí¼enza ajena, he escuchado diversos comentarios, que destilan una crí­tica nada constructiva, en relación a la situación civil de la licenciada Raquel Blandón, la vergí¼enza la siento por quienes vociferan contra ella, remonta mi mente, al escuchar estos comentarios, las iniquidades vividas a inicios de siglo pasado en que las mujeres en este paí­s éramos menos que nada; veamos, a la licenciada Blandón se le critica el hecho de ser una mujer divorciada, por promoverla un partido que tiene como uno de sus lemas la familia unida, ¿Harí­an el mismo cuestionamiento si el vice presidenciable fuera un hombre divorciado? No, ¿Cuántos hombres divorciados, separados, o con matrimonios de fachada ponen como un elemento importante en la construcción de una Guatemala mejor a la familia? Muchí­simos más de los que creemos, ¿Alguien cuestiona esta doble moral? Nadie. Dentro de los personajes públicos del momento, como funcionarios, lí­deres de varias agrupaciones, representantes de diversos grupos presentan a «señores» que tienen como su colaboradora más cercana a su supuesta amante, y nadie critica públicamente esta situación, aunque todos/as lo murmuran, se rumora que un hombre de fe tiene un hijo fuera de matrimonio, y nadie dice nada públicamente tampoco. Existe otro controversial personaje, al que le fascinan tanto los jóvenes como las jóvenes de ciertas caracterí­sticas, y durante años notoriamente, se sabe esta situación, pero absolutamente nadie hace mención al tema.

Nuestro pequeño universo de lo absurdo, se encuentra más que saturado de hombres que transgreden todas las reglas básicas de la moral, sin mencionar los principios y valores que propugnan, estos varones, paradójicamente, critican a una mujer, la misma que es cuestionada, criticada, y hasta se burlan de ella, por ser divorciada desde hace más de 20 años, viniendo de voces «masculinas», me pregunto, ¿Tení­a obligación de seguir casada con un hombre que la traicionó con quien pudo, cuando y cuanto pudo públicamente, ¿Debí­a ella continuar aferrada a él como muchas lo hacen, cuando el ya no querí­a seguir casado con ella? ¿Podí­a ella prever que 20 años más tarde tendrí­a la oportunidad de tratar de servir a Guatemala, como no lo pudo hacer antes porque las amantes de su «esposo» la desplazaron pública e í­ntimamente? No señores, el futuro es incierto, pero aún sabiendo lo que nos depara, considero que existen decisiones que se deben tomar por salud mental y fí­sica, y nadie debe ser cuestionada/do, por tomar la decisión correcta. Creo que en el mundo entero, no se deben etiquetar tanto a hombres como a mujeres por circunstancias ajenas a su voluntad, menos aún calificar a una mujer, no por sus méritos académicos, intelectuales, y humanos, sino por decisiones personales e impostergables que tuvo que tomar en un momento difí­cil en su vida, si a los hombres se les permite cualquier falta a los valores básicos (Más aún a los de una sociedad conservadora como la nuestra permite) y a una mujer se le dice cualquier barbaridad por el hecho de ser divorciada. Qué hipocresí­a más grande señores, Jesús dijo, «EL QUE ESTí‰ LIMPIO DE CULPA QUE LANCE LA PRIMERA PIEDRA», YO NO ME ATREVERíA.

Dentro del mismo contexto polí­tico, al observar las fotografí­a del dí­a de ayer, donde aparece el controversial hombre de fe, Harold Caballeros, cumpliendo con dar su discurso a una mí­nima concurrencia, y al leer la nota, en la que, se informa que el anterior mitin no se llevó a cabo por falta de público, pensé lo complicado que es en Guatemala mantenerse como una figura de poder, porque el guatemalteco, y otras sociedades, estarán siempre con el ganador, pero no por convicción, estarán por ambición de la mala, y eso suma otra falta a los más mí­nimos valores del ser humano. Escuché en una charla, a un lí­der decir que a los que no trabajaban no se les podí­a reconocer nada, porque el lí­der trabaja, pero si el equipo no colabora, poco puede hacer él, y puso como ejemplo al jugador argentino Messi, quien jugando para dos equipos con uno gana, y con el otro pierde, Messi seguirá siendo Messi y por lo tanto, el mejor, el que no funciona es el equipo. Caballeros está viviendo anticipadamente, lo que es perder el poder, y es un ejemplo de vida, que tanto él como muchos seres humanos más deben analizar y tomar para sí­ mismos. A muchos que, hemos vivido en carne propia, lo que significa bajar de un supuesto status, sabemos que esta acción, es sumamente dolorosa, serí­a sano para todos/as, vernos en este espejo, porque todos/as quienes se encuentran en este momento rodeados de mercaderes de la hipocresí­a, llegará un momento, en que se encuentren solos, y tan desolados como el doctor Caballeros, a quien han abandonado, todos y todas los y las comerciantes politiqueros/as, previo a que agote la última instancia. En su caso, es necesario que él como todos los seres humanos valoremos lo veleidosas que son las relaciones, cuando las mismas son parte o provienen de un estatus, temporal, y de poder, me pregunto ¿Dónde están sus compañeros en la presente contienda? Porque su soledad del dí­a domingo fue más que evidente, ¿Vale la pena abandonar un apostolado, por la hipocresí­a, de mucha de nuestra mal llamada clase polí­tica?

Quién no está conmigo en las malas, que no esté nunca, porque su compañí­a me estorba.