En Guatemala es común ver hogares desintegrados donde los que pagan los errores son los pequeños infantes. Una familia desintegrada, a la larga provoca grandes problemas en el entorno familiar.
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Hace pocos días cuando venía camino a La Hora, me encontré con unos pequeños niños de aproximadamente 8 a 10 años que estaban pidiendo unos centavos a todos los que pasaban por la 10ª calle y 2ª avenida. Les pregunté a uno de ellos que dónde estaban sus papás y me dijo, «yo no tengo papá, nos dejó por irse con otra mujer y mi padrastro me manda a trabajar, porque sino lo hago me pega». Me conmovió este caso que se da en miles de cuadros de niños en Guatemala que me dije, voy a realizar un Fiat, porque es necesario abrir conciencia en los hogares donde por culpa de una infidelidad u otra situación donde el padre ingiere mucho licor, o ambos son drogadictos, los que sufren las consecuencias como decíamos anteriormente, son los hijos y máxime cuando son pequeños.
A un niño que desde pequeño sufre problemas por la desintegración en el hogar, le deja una huella imborrable a través de los años, es por eso que vemos tantos jovencitos que se adhieren a una «mara», lugar donde dicen ellos son bien recibidos, es preferible he escuchado de algunos de ellos – ya adolescentes o jovencitos de 20 años- vivir en las «maras» que lo protegen a uno de los problemas de las calles. Pero el pago es enorme.
La desintegración familiar, provoca tantos traumas a la mujer, al hombre y sus hijos que hasta los familiares sufren las consecuencias. Por supuesto que hay hogares donde la familia son también de un buen nivel económico, la desintegración familiar se da en diferentes espacios del hombre, no importa la clase social y todos los afectados sufren grandes problemas y en las capas altas, las situaciones son funestas porque hay intereses económicos por frente, pero al final de todo esto, los que mayor sufren estos problemas son los hijos.
En cuanto a los niños de la calle, muchos de ellos son fruto de la separación de la familia, aquí por lo general, los padres son drogadictos o sufren de otros problemas «oscuros» de la sociedad, abandonándolos. Muchos de estos niños son los que por general, vienen a reforzar las «maras», ya que ingresando a estas pandillas, dejan de tener problemas en las calles donde muchas niñas y niños son abusados sexualmente. Ya en la pandilla, sea cual fuere, tiene que demostrar por qué pertenece a ella y por lo que termina en un delincuente.
La desintegración familiar, es un problema enorme en nuestro país, el machismo, la violencia contra la mujer, infidelidades, la lucha de poderes por herencias y otras cosas más provocan que un hogar se desintegre y con ello, dejar una huella negativa de paso por un mundo donde el fin del hombre es volverse bueno con valores que son los que mantienen la unión de un hogar.
Y es por eso que los valores son fundamentales en la vida de los hombres, una persona con ética no va a desintegrar su hogar así por así, los valores nos hacen ver hogares donde las familias integradas dan fruto, cimentando en sus hijos una conducta honorable haciendo de ellos hombres y mujeres para el bien de la sociedad.
Las consecuencias como decíamos, de un hogar desintegrado deja secuelas marcadas en los hijos que al no encontrar amor entre sus padres, siguen el mismo camino que lamentablemente muchos de estos jovencitos van a parar en malos caminos. Si escuchamos historias de personas que vienen de hogares desintegrados, vemos que les ha tocado una vida dura por falta de amor.