La desesperación está tomando auge


El presente artí­culo bien podrá tomarse como una «queja social» dirigida a todas aquellas personas humanas y jurí­dicas que por una u otra razón no cumplen con sus obligaciones en los diferentes ámbitos en que se desenvuelven; lo cual hace que haya reacciones de diferente tipo y nivel. La obligación de cumplir está enmarcada en un DEBER, es decir, que por mandato, se debe cumplir con hacer o dejar de hacer; es una circunstancia ineludible.

Fernando Mollinedo

En la organización administrativa del Estado, la diversidad de funciones que se ejecutan para proporcionar satisfactores a las necesidades públicas, han sido minimizadas, desdeñadas, mal atendidas, ignoradas y hasta olvidadas por los mismos funcionarios y empleados públicos, quienes no atienden al público usuario, con el respeto, mesura y cortesí­a que se merece; lo cual provoca reacciones adversas de inconformidad, queja, lamento y en algunos casos hasta de odio.

Guatemala necesita que se retomen los valores de lo que significa EL EMPLEO PíšBLICO, su proyección, su importancia, su validez jurí­dica y administrativa. La administración pública en Guatemala, en términos generales, ha carecido de personal capacitado para el desarrollo de funciones técnicas y a la vez de atención al público; la improvisación, el clientelismo polí­tico, el nepotismo y la corrupción, entre otros, han sido los factores negativos para que el trabajo no se ejecute de forma técnica y educada.

De esa cuenta, vemos en las oficinas públicas, léase IGSS (oficinas centrales y unidades periféricas), MUNICIPALIDAD DE GUATEMALA, MINISTERIOS DE ESTADO (Ejemplo: Educación y su Dirección Departamental de Educación de Guatemala), CONTRALORíA GENERAL DE CUENTAS, ORGANISMO JUDICIAL (en todos los niveles), Usac (proceso educativo deficiente) entre otras, e inclusive, EMPRESAS COMERCIALES en el ámbito privado, que NO CUMPLEN A CABALIDAD CON SU DEBER.

Los ciudadanos, que pagan sus impuestos en forma directa o indirecta, TIENEN EL DERECHO A EXIGIR un trato amable y educado por parte de TODOS LOS EMPLEADOS Y FUNCIONARIOS GUBERNAMENTALES, quienes SON PAGADOS CON DINERO PROVENIENTE DE IMPUESTOS, TASAS y ARBITRIOS; por lo tanto, TIENEN LA OBLIGACIí“N y EL DEBER de atender al público usuario con EFICIENCIA, CORTESíA y CELERIDAD en los asuntos que son de su interés.

Como lo anterior NO SE DA EN GUATEMALA, es decir, LA MAYORíA DE FUNCIONARIOS y EMPLEADOS GUBERNAMENTALES NO CUMPLEN CON SUS OBLIGACIONES, el público usuario está llegando a la DESESPERACIí“N, de ahí­ que no será de extrañar los exabruptos, discusiones, altercados, «mentadas de madre» y hasta quejas administrativas y judiciales, en contra de quienes NO QUIEREN, NO PUEDEN O NO LES INTERESA CUMPLIR CON SU DEBER.