
Hasta hace tan sólo dos años, los Tigres para la Liberación del Eelam Tamil (LTTE) parecían indestructibles y controlaban gran parte del norte y del este de Sri Lanka, donde querían crear un Estado independiente.
Entrenados y liderados por Velupillai Prabhakaran, los Tigres Tamiles se enfrentaron durante casi 30 años al ejército de Colombo.
Sin embargo, una vasta ofensiva de las tropas gubernamentales los acorraló y finalmente los derrotó, según declaró hoy el Ejército esrilanqués, al anunciar también la muerte de Prabhakaran.
Esta muerte parece haber acabado, asimismo, con las escasas posibilidades de reorganización que el LTTE parecía tener a corto plazo.
En su lucha por un Estado tamil independiente, Prabhakaran, de 54 años, llevó a cabo atentados contra importantes personalidades y sangrientas acciones, entre ellas algunos ataques aéreos espectaculares contra instalaciones económicas.
Entre los atentados destacan el asesinato del ex primer ministro indio, Rajiv Gandhi, por una kamikaze tamil en 1991, el asesinato del presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa, en 1993, y la bomba en el banco central que mató a 90 personas.
Los Tigres tenían su propia fuerza naval, los llamados Tigres del Mar, y también aérea, los Tigres del Aire, capaces de lanzar ataques hasta en el sur de Colombo desde sus bases en la selva.
En uno de sus ataques más audaces, los separatistas tamiles bombardearon y destruyeron más de una docena de aviones de guerra de una base militar gubernamental al norte de Colombo en 2001 y destruyeron seis aparatos comerciales en el único aeropuerto internacional de la isla.
Condenados por servirse de kamikazes para sus atentados y de tener en sus filas a niños soldados, lograron el apoyo de la comunidad internacional en las negociaciones de paz con las autoridades de Colombo, llevadas a cabo en Oslo en 2002 bajo el patrocinio de Noruega.
Pero esas negociaciones fracasaron y el proceso de paz terminó en enero de 2008.
Las fuerzas gubernamentales entraron en la ciudad de Kilinochchi -donde el LTTE tenía su cuartel general político- en enero de 2009, tras la mayor ofensiva en la historia del conflicto étnico más largo de Asia.
Para muchos observadores, el espectacular colapso de los Tigres puede atribuirse a un exceso de confianza por parte de la guerrilla tamil.
«Proyectaban la imagen de invencibles», dijo a Vipul Boteju, un brigadier del ejército gubernamental ya retirado.
«También subestimaron al Ejército, que había aprendido de sus errores cometidos en el pasado», añadió.
Los rebeldes también sufrían problemas internos, con fuertes señales de disidencia frente a Prabhakaran, cuyo número dos, Vinayagamurthy Muralitharan, desertó y se pasó al bando gubernamental en 2004.
En el frente internacional, el LTTE se hallaba en la ilegalidad, pues estaba considerado como una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Australia e India.
SARATH FONSEKA.
jefe del Ejército
Velupillai Prabhakaran, el líder de los separatistas tamiles cuya muerte fue anunciada hoy por el Ejército de Sri Lanka, fue adulado durante casi 40 años como un dios por sus partidarios y considerado un despiadado criminal megalómano por sus detractores.
En paradero desconocido desde hacía 18 meses, Prabhakaran, de 54 años, intentaba huir en una ambulancia junto a dos de sus lugartenientes cuando cayó en una emboscada del Ejército y murió, indicó hoy un responsable militar del ministerio de Defensa de Colombo.
Un responsable de la Presidencia srilanquesa dijo que Prabhakaran murió seguramente hoy. Asimismo, las fuerzas armadas gubernamentales encontraron el lunes el cadáver del hijo del líder tamil, Charles Anthony, de 24 años.
Si la muerte del líder histórico de los Tigres Tamiles se confirma oficialmente, el gobierno de Colombo habría logrado doblegar una insurrección separatista que en 2006 aún controlaba un tercio de Sri Lanka en su lucha por un Estado tamil independiente en el norte y el este de la isla asiática.
Benjamín de cuatro hijos de una familia tamil de clase media de Jaffna (norte), Prabhakaran creó en 1972, con sólo 18 años, los Nuevos Tigres Tamiles (TNT) para luchar contra las discriminaciones de la mayoría cingalesa contra la minoría tamil y establecer un Estado marxista.
A partir de entonces, este estudiante que nunca llegó a graduarse, nacido el 26 de noviembre de 1954, pasó a la clandestinidad. Reapareció en 1975 para revindicar el primer asesinato político cometido por su organización, el del alcalde de Jaffna.
La radicalización se puso en marcha. En mayo de 1976 creó los Tigres para la Liberación del Eelam Tamil (LTTE), cuyo emblema es un tigre rugiente opuesto al león de la bandera de Sri Lanka. Su objetivo era crear un Estado separado en el noreste del país, habitado mayoritariamente por tamiles.
Adquirió fama internacional a partir de 1987, cuando organizó ataques mortales contra las tropas indias que acudieron al territorio srilanqués en ayuda del ejército de Colombo.
Desde entonces gozó de un verdadero culto a la personalidad entre sus guerrilleros, que le adulaban como «dios del sol».
Se le atribuyeron importantes asesinatos como el del ex primer ministro indio, Rajiv Gandhi, en mayo de 1991, o el del presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa, en mayo de 1993.
Considerado muy sanguinario y cruel, impuso a sus tropas una férrea disciplina, prohibiéndoles alcohol y tabaco. Al igual que Prabhakaran, los principales dirigentes de los Tigres preferían morir antes que rendirse y siempre llevaban con ellos una pastilla de cianuro.
Los insurgentes del LTTE, que figura en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE), nunca tomaron rehenes y no suelen dejar supervivientes tras sus ataques.