La democracia en sus manos


Maria-Jose-Cabrera

A más de dos décadas de llevarse a cabo el despertar democrático de Guatemala, el país continúa en un lento proceso de construcción de la democracia que al no haberse concretado hasta el momento, en la extensión de sus implicaciones, ha tenido repercusiones en el desarrollo del país. Por otro lado, el no haber comprendido la amplitud de los principios de este sistema ha dejado vacíos importantes en términos de representación, promoción de la dignidad y derechos de los individuos, etc.

María José Cabrera Cifuentes


De hecho, hablar de democracia en el país, frecuentemente se limita a hacer referencia a las prácticas electorales que si bien, no componen en sí mismas a este complejo sistema político, son un elemento esencial del mismo. La elección de los nuevos magistrados del TSE nos presenta pues la oportunidad de una reinvención democrática.

Si bien es cierto que en el país se han alcanzado avances en materia electoral, es necesario avanzar en el ejercicio de la soberanía y representación popular, esto debe gestarse dentro de la institución que ejerce la máxima autoridad en materia electoral: el Tribunal Supremo Electoral.

Los nuevos magistrados reciben un TSE desgastado cuya legitimidad está varios metros por debajo de la tierra. Por  esto, reconstruir la confianza de la población en esta institución (cuya institucionalidad es también cuestionable) será una tarea complicada pero necesaria para revertir la aversión de la ciudadanía por la política.

Es por esto que la nueva magistratura del Tribunal Supremo Electoral deberá enfrentarse a una serie de desafíos para poder empezar un proceso de rescate de la democracia en Guatemala.

Estando cada vez más cerca de las elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales es un poco tarde para promover una reforma a la “Ley Electoral y de Partidos Políticos” que pueda surtir efectos en las elecciones del año próximo, sin embargo, es menester esbozar desde ya los lineamientos que pudieran enderezar el camino, pero igualmente obligatorio es empezar a observar la ley vigente para regularlas, esto pasa de alguna manera por que la elección de su Presidente recaiga en la persona que tenga una mayor experiencia en derecho electoral, sistemas electorales y funcionamiento del TSE.

Entre los temas que no deberán ser perdidos de vista se encuentran el dudoso financiamiento a los partidos políticos que da pie a más corrupción dentro de nuestras “instituciones”, las impunes campañas electorales irregulares, la escasa aplicación de sanciones a los partidos políticos, la no institucionalización de los partidos, las anomalías en el padrón electoral, (anote aquí los suyos).

La tarea de los nuevos magistrados es compleja mas no imposible de alcanzar si la estrategia diseñada se convierte en acciones concretas. Es importante comprender que la democracia como “ideal” (como lo expresa la “Declaración Universal Sobre la Democracia” de la UNESCO) no es producto únicamente con acciones de las autoridades.

La construcción de la democracia está en nuestras manos: en las suyas magistrados, y en las nuestras ciudadanos. El rescate de los valores democráticos está en el ejercicio responsable de nuestra ciudadanía. Empezar por los procesos electorales es un buen punto de partida para la rectificación del sistema.