La democracia en Guatemala se está corrompiendo aceleradamente. Razones para afirmarlo sobran. Basta retroceder en el tiempo unos cuantos años, y comparar el proceso electoral actual con procesos anteriores. Nunca se habían producido hechos tan graves como los de los últimos días. Vamos hacia la anarquía total.
José Joaquín Rojas Diéguez / A-1 823058
Cabe mencionar que lo que sucede en Guatemala, ya lo decía hace miles de años Platón en sus Diálogos, La República o de lo Justo, Libro Octavo: “¿No es ese amor a la libertad llevado al exceso…, acompañado de extremada indiferencia para todo lo demás, lo que acaba por perder a ese gobierno (la democracia) y por hacer necesaria la tiranía?†“Los padres se acostumbran a tratar a sus hijos como iguales suyos, a temerles, incluso; los hijos, a igualarse con sus padres, a no tenerles respeto ni temor, porque de no ser así su libertad padeceríaâ€. “Los maestros, en ese Estado (democrático), temen y miman a sus discípulos; éstos, por su parte, se burlan de sus maestrosâ€. “¿Ves el daño que de todo eso resulta? ¿Ves hasta qué punto se tornan los ciudadanos recelosos, hasta el punto de alzarse, de sublevarse a la menor apariencia de imposición? Acaban, como sabes, por no hacer caso alguno de leyes escritas ni no escritasâ€.
También Polibio, historiador griego (210 – 127 a. de J. C.): “… una democracia, que se corrompe cuando los jefes del pueblo imponen la soberanía de la parte más baja, oclocracia anárquica. El restablecimiento del orden no se logra sino mediante la entrega del poder a un solo hombre capaz de amparar a los fuertes y a los débiles†(Tomado de Suárez L. (1968). Grandes Interpretaciones de la Historia. Universidad de Navarra.).