Guatemala, como país, viene sufriendo desde hace unos cuarenta años, la transformación de sus instituciones en el aparato administrativo; puesto que los funcionarios de turno las utilizan para la satisfacción de sus intereses personales o de sus financistas políticos.
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Otros factores que contribuyen a la deconstrucción institucional, son entre otros, la percepción del dinero, los mecanismos de acumulación de riqueza, el sentido del trabajo y la estructura de las organizaciones empresariales para dar paso a una verdadera cultura del dinero.
La continua pérdida de trascendencia y la pérdida de referentes ya no brindan las certezas creadas por las instituciones estatales que otorgaban sentido a la vida productiva y social, y mucho menos las de la iniciativa privada y sus adláteres ong´s que se han significado a través de su existencia como las “chupasangre solapadas†del erario nacional.
Y como responsable de esa pérdida de credibilidad se puede señalar a la clase política que ha gobernado, la cual en su afán desmedido de enriquecimiento ilícito no dudó ni duda en vender los activos del Estado y/o “concesionarlos†a empresas multinacionales; ya sea con el voto congresil o bien haciendo uso del poder ejecutivo cual si fuese de su exclusiva propiedad y potestad para disponer de los mismos.
La máxima expresión de la deconstrucción institucional del Estado guatemalteco ha sido la privatización de las empresas nacionales AVIATECA durante el gobierno “demócrata-cristiano†de Vinicio Cerezo; y la híper megaprostitución –léase privatización– de GUATEL, INDE, INDECA, FEGUA, INTA, BANDESA hoy Banrural, CORREOS Y TELí‰GRAFOS, y otras más durante el gobierno del señor ílvaro Arzú, las cuales, ahora son muy productivas para el sector privado nacional e internacional.
En relación a la banca central, vimos también su derrumbe con la mutación de funciones al Banco de Guatemala y la “entrega†de la SIB a intereses capitalistas de las “18 familias†por medio de políticos empleados de los verdaderos propietarios de Guatemala.
Uno de los pilares que sostenía a la democracia moderna, fue la idea de promover el desarrollo social y proteger a los ciudadanos del poder de los grandes capitalistas; sin embargo, fue sustituido por la mano invisible del mercado que se convirtió en la gran legisladora, en la instancia capaz de reglamentar todas las actividades humanas a pesar de destruir la cohesión social que construyeron los partidos políticos durante la época de la “primavera democrática†en Guatemala.
La deconstrucción de las instituciones en Guatemala, significa en pocas palabras la deformación y debilitamiento de sus objetivos y sus fines, para crear la necesidad de recurrir a la iniciativa privada para la satisfacción de las necesidades sociales a cambio de jugosos contratos.
¿Qué opinan al respecto los candidatos presidenciales?