La decisión es de todos


«Con la concordia crece lo pequeño, con la discordia se arruina lo más grande».

Salustio

 

Los resultados de las buenas o malas elecciones de nuestra vida generalmente no son inmediatos.  Y  lo peor del caso es que  al no tomar una decisión sino dejar pasar también resulta que ya hemos tomado una decisión. 

Edith González

Para bien o para mal los guatemaltecos hemos electo  presidentes, diputados y alcaldes asumiendo la responsabilidad de elegir o dejando que otros lo hagan por nosotros. Algunos de ellos a sabiendas de que su currí­culum vitae   y su  honorabilidad  definitivamente no pasaban  la prueba. Tal el caso de un constituyente que no sabí­a leer ni escribir o de un presidente que se declaró confeso de haber dado muerte a dos personas. Igual la decisión fue  tomada, ratificada en las urnas  y los funcionarios ocuparon sus cargos.

Esta semana,  algunos guatemaltecos se han sentido indignados por la elección de magistrados realizada por los diputados al Congreso de la República electos popularmente y con el mandato para tal elección, basados  en un listado presentado, en donde no les quedaba más que indicar quién va para titular y quién para suplente.

 El listado inicial, muy extenso por cierto «fue depurado» por la Comisión de Postulación, también designada para el efecto. El momento de su designación  era precisamente  la oportunidad de impugnar a uno por gordo al otro por feo, al otro por defensor de narcos, por mal padre, peor esposo o  «viejo verde trinquetero».

Pero… los dejaron pasar.  ¡Ah!?. Ahora resulta que lo ocurrido es que no hubo tiempo de verificar su  perfil,   cuando el listado se publicó  muchos dí­as antes. O que no se atendieron   «las recomendaciones» del señor Carlos Castresana. Y se eligieron a seis con los que él no estaba de acuerdo.  A mi entender como integrante de la sociedad civil me parece que las recomendaciones se acatan o no a decisión propia y que el señor Castresana no puede ordenar a los diputados por quién votar o por quién no: porque estarí­a más que inmiscuyéndose en  lo que no le compete, pues su mandato es  para  luchar contra la impunidad, será entonces que  deberá ahora si  vigilar el actuar de los 13 electos.

Muchos  de nosotros seguramente no hemos estado de acuerdo con  la designación  de algún presidente por voto popular al que otros han electo  haciendo caso omiso de las recomendaciones. Tan solo hace dos años nos recomendaron no votar por  Colón y?

 

Arrepentirnos podemos,  pero hasta ahí­ por el momento, lo que  si está en nuestra decisión es  informarnos con tiempo sobre la vida y actuar de los futuros  funcionarios y  tomar decisiones con lo que llaman la máxima expresión de la democracia, el voto.

Así­ que electos los 13 por los diputados, electos por el pueblo, y quienes recibieron el listado de la postuladora, esperemos su  proceder para empezar a deducir responsabilidades.