LA DECADENCIA DE LA SABIDURÍA


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Thomas Stearns Eliot, conocido como T. S. Eliot, nació el 26 de septiembre de 1888 en Missouri –Estados Unidos de América- en el seno de una familia de Nueva Inglaterra, formada por su padre, hombre de negocios y su madre, poetisa. Falleció el 4 de enero de 1965 en Londres, Inglaterra. Estudió filosofía en Alemania y luego fue profesor de esa materia.

Mario Gilberto González R.

Fue poeta, dramaturgo y ensayista, en cuyas ramas destacó.  En 1948 fue Premio Nobel de Literatura. Enriqueció sus conocimientos con la lectura de los clásicos. Para no desvirtuar el juicio que se tiene de él y de su obra literaria, no resisto transcribir con exceso de comillas,  una estampa que lo retrata de maravilla.  

 “TS Eliot no utilizaba una forma permanente o regular para componer su obra poética. En pocas ocasiones recurre a la rima y sus piezas teatrales utilizan los diálogos en verso de manera libre para expresar el pensamiento y las ideas de sus personajes.”

    “Bebe de diversas fuentes para conformar su obra poética. Encuentra en la Biblia elementos de composición que hace renacer en sus versos. La filosofía le permite encontrar sentido a sus premoniciones estéticas, la historia le conduce al entendimiento del pasado como fundamento sustancial para la comprensión del presente y la proyección del futuro, la antropología le proporciona perfiles culturales de innumerables pueblos y sus sensibilidades creativas”.

   “Todo este bagaje se torna erudición. Su conocimiento de las culturas orientales le permiten establecer oposiciones con el acervo occidental, los declives, los ascensos, la luminosidad y la oscuridad, la quietud y la turbulencia.”

    “Eliot es un autor eminentemente de cálculo. Cada palabra, cada frase, cada verso se encuentran en el lugar preciso. Cada elemento lingüístico precede y sucede al propicio vocablo, a la justa voz. Es frío y cerebral. Su mundo está formado por una gélida belleza que logra traducir en exquisitos ritmos poéticos, donde nada sobra y nada abunda.”

    “Medita y calcula las consecuencias del uso de las palabras, la ubica en el riguroso sitial donde logrará el efecto deseado, donde saltarán tímidas chispas de un relámpago silencioso o susurros en mitad de la madrugada mientras el rocío perla las hojas de los árboles y humedece «la tierra baldía».”

   “No obstante la fina escritura, la delicada punción en el espíritu, la obra de Eliot tiene una fuerza telúrica debajo de su serena intelectualidad. Las imágenes circulan sobre líneas precisas en rápida continuidad, llevando su carga de sensibilidad hasta rozar las fronteras de la última realidad de un mundo delineado por la decadencia y la decrepitud.”

   “La poesía de Eliot es un lienzo abierto, desplegado sobre el embaldosado de una habitación iluminada y desnuda. Sobre este espacio escribirá y desarrollará su idea de la belleza, sobresalida entre las aristas y los peñascos que su estilo depurarán.”

   “El artista podrá manifestar humor, un brillante estado de ánimo surgido de la esperanza, de cierta visión dogmática flexible, para después surgir aherrojado por el arrepentimiento y el pesimismo. En un mismo texto, Eliot puede deslizar versos de sublime belleza y también de un sacrílego horror y de una suciedad patética para describir la sociedad donde vive; cualquiera de sus textos podría desgranarse hasta la abulia y el vacío de criaturas sin horizonte.”

   “No es fácil leer e interpretar a Eliot. Crea con las palabras un entresijo de exégesis no pocas veces hermético. Sus vocablos pertenecen a la dimensión de la más alta manifestación cultural y el extenso conocimiento, poco accesible para la masa desprevenida. Cada dispositivo aplicado a su poesía delinea seres y objetos que pertenecen a su mundo interior, imposibles de ser percibidos desde un ángulo diferente al del creador.”

    “El oscuro empleado bancario, poseedor de amplísima cultura de proporción universal logra con las palabras más vulgares puestas en bocas de meretrices expresar un estado de elevación inusitado y alcanzar cimas de belleza inaccesible para poetas menos exquisitos.”

   “Ejerce control sobre los giros del idioma al servicio del poema. La rapidez, la aparición de luces y tinieblas dentro del texto son manejadas con la elegancia del mago. Eliot es capaz de saltar a otros idiomas como quien brinca sobre charcos, para develar los colores detrás del cortinaje de su circunspección.”

   “Con los verbos rompe los cristales de la rutina, hace saltar en pedazos de manera inesperada un carruaje adornado con plumas para convertirlo en un bólido de fuego sobre un pavimento rústico.

Eliot se asoma al balcón de una torre de Babel desde donde lanza su garrulilla de verbos, sustantivos, casi sin darle espacio a la adjetivación, como quien apenas crea el mundo a partir de su propia fantasía”. (Tomado de Herejías y Silencios en Internet)

  Su basta y sólida cultura lo lleva a reflexionar profundamente sobre su decadencia. Por descuido,  falta de interés, pereza intelectual o querer alcanzar  logros con el menor esfuerzo o preferir lo temporal a lo eterno. O como se diría coloquialmente, con una liviana capa de barniz basta para que brille. Al no darle importancia a  la sabiduría y hacerla propia, cada día, progresivamente será evidente nuestra precariedad cultural.

Su madurez y experiencia como profesor de Filosofía, lo lleva a escribir el ensayo “Notas para una definición de la Cultura.” Sus reflexiones estremecen porque cada vez se hace evidente la degradación de la cultura.

  Al perderse el rigor de los estudios y no beber el conocimiento en fuentes clásicas, de preferencia de sus propios autores y conformarse con un conocimiento superficial, la sabiduría se degrada. Los educadores descuidan la solidez del conocimiento y la cultura y se conforman con el poco conocimiento adquirido durante su formación académica. Al no ahondar en el estudio, arrastran grandes lagunas que le den la solidez necesaria para el eficiente desarrollo de su labor que, por ser transmisora de conocimientos, es fecunda. No cultivan la lectura, el estudio ni la reflexión y por lo tanto, no visitan librerías, bibliotecas, archivos y hemerotecas. Y menos, que en la sala de su casa, haya una biblioteca  que ocupe el primer lugar a cambio de modernos aparatos electrónicos.

  No se visita la biblioteca –como respaldo educativo-cultural- por carecer del hábito de la lectura y si se lee, se le mal. No se respetan los símbolos ortográficos, sino se lee de corrido, leer por leer, sin sentido, sin entender el mensaje. La ciencia se estudia, se reflexiona, se razona y se medita. El padre Narciso Irala, s.j. en  su libro, Eficiencia sin  fatiga en el Trabajo Mental: ….dice que cuando se lee despacio, con los descansos que marcan los símbolos ortográficos, con atención y reflexión,  el cerebro por medio de la  anaquefaloisis, registra el conocimiento y está presto para devolverlo razonado y ordenado, en el preciso momento que se requiera. Por lo que es importante, la Atención, receptiva, concentrada; la Reflexión y la Retención o Memoria.

  Nos sorprendemos y nos preguntamos el por qué del fracaso escolar y el por qué el  profesional carece de solidez académica y de temas cultos  de conversación. Su formación profesional no fue sólida y su cultura  muy pobre.  La advertencia de T.S. Eliot es que –en nuestros días- la degradación de la sabiduría,  se ha tornado en simple conocimiento y el simple conocimiento en una mera información.

  Nuestro paso por la biblioteca, nos dejó esta desalentadora experiencia. Vivimos la degradación de la consulta bibliográfica. Al principio, los estudiantes pedían un libro de ciencia. Otros, al verlo voluminoso, solicitaban un breve, después un compendio, un folleto, un  resumen mal escrito, unas pocas fotocopias, para otros bastaba y eran suficientes los apuntes de clases y otros más atrevidos, sustentaban sus exámenes y quedaban satisfechos con el material de apoyo como el chivo, el machete o la chuleta.

Josefa E. Sabor en  su Manual de Fuentes de Información, dice: ¿Cómo continuar ignorando el agudo y aparentemente paradójico reclamo de Ortega al afirmar que un libro de ciencia ha de ser, por supuesto, un libro de ciencia, pero debe de ser un libro en cuanto significa esa limpia y elemental categorización?

Cada día, lo temporal desplaza lo eterno. Y como afirma Eliot, la sabiduría es hoy un simple conocimiento y éste una leve y pasajera información.