La Cuarta í‰poca



La vida de La Hora ha sido tormentosa en muchos sentidos y por ello es que en la vida del diario existen cuatro épocas, siendo la presente la más prolongada de todas porque son ya sesenta y tres años los que cumplimos de vida ininterrumpida desde que el fundador del diario, Clemente Marroquí­n Rojas, volvió de sus catorce años de exilio tras el triunfo de la Revolución de Octubre de 1944 para insistir en la publicación de su periódico con el fin de expresar libremente sus ideas y hacer de este una tribuna para que otros hicieran lo mismo.

La Hora es un medio que se ha caracterizado por la apertura para distintas corrientes de opinión y cuando era dirigido por su fundador, Clemente Marroquí­n Rojas, abrió espacios para que adversarios suyos en el plano polí­tico o ideológico pudieran utilizar sus columnas para manifestar su criterio sin cortapisa alguna. Recientemente nuestro amigo Alfonso Bauer Paiz acaba de relatar cómo, a pesar de las diferencias que tuvo con Clemente en el gobierno de Juan José Arévalo, encontró en él respuesta para abordar el tema de la concesión minera para extracción de ní­quel, tomando en cuenta que otros medios le cerraban el espacio. Lo mismo ocurrió con Alfonso Martí­nez, jefe de la Reforma Agraria de Arbenz, quien desde su exilio en México envió a La Hora varios artí­culos relacionados con la muerte del mayor Francisco Javier Arana que le imputaron durante muchos años.

Posteriormente, cuando La Hora pasó a la dirección de los herederos de Clemente Marroquí­n Rojas, la lí­nea editorial sufrió cambios de enfoque producto de las diferentes visiones de la realidad nacional y de la realidad mundial. Más identificados con expresiones socialdemócratas, en La Hora encontraron y encuentran cobijo todos aquellos que quieran expresarse con seriedad y responsabilidad sin que la tendencia ideológica o la visión personal de la realidad sea cortapisa. Y en materia de polí­tica electoral, como lo pueden atestiguar nuestros colaboradores, lo único que demandamos es franqueza para fijar posturas porque lo que nos parece impropio es presumir de imparcialidad en el análisis cuando en el fondo se está sirviendo a determinado candidato o fuerza polí­tica.

Hoy, a horas de una elección presidencial, vemos con preocupación el horizonte de la Patria y creemos que, independiente de quién triunfe en los comicios, se vienen dí­as difí­ciles para los guatemaltecos por la mezcla de factores económicos y polí­ticos que hacen suponer que la situación puede complicarse en el futuro inmediato. Y renovamos hoy, a sesenta y tres años de distancia del dí­a en que renacimos en la cuarta época, para servir al paí­s de manera leal y comprometida con la democracia y la justicia.