La crisis, una «oportunidad» para el clima


La crisis económica, que provocó una caí­da de las emisiones mundiales de CO2 sin precedentes en 40 años, es una «oportunidad» para el clima, siempre que sea aprovechada rápidamente y que a finales de año se logre en Copenhague un acuerdo ambicioso contra el calentamiento global.


Según un estudio de la Agencia Internacional de Energí­a (AIE) hecho público este martes en Bangkok, las emisiones mundiales de CO2 vinculadas a las energí­as fósiles, una de las principales causas del calentamiento climático, podrí­an caer 3% en 2009.

Esta disminución, que se debe esencialmente a la caí­da de la producción industrial, sinónimo de un menor consumo de petróleo, de gas y de carbón, contrasta con la evolución de las emisiones cuyo promedio hasta ahora era de 3% anual.

Esta cifra representa una ocasión única para situarse en una trayectoria que permitirí­a limitar el calentamiento del planeta a dos grados, explica el economista jefe de la AIE, Fatih Birol.

Pero habrá que actuar muy rápido para reorientar las inversiones en la buena dirección, advirtió durante una conferencia de prensa al margen de las negociaciones sobre el clima auspiciadas por la ONU.

«Es una oportunidad única (…) para la transición del sistema energético mundial. Pero hay que actuar ahora», asintió el principal responsable de la ONU para el clima, Yvo de Boer, en un prefacio al informe de la AIE.

Delegados de más de 180 paí­ses están reunidos desde hace diez dí­as en la capital tailandesa para abrir el camino a un acuerdo mundial en la reunión que se celebrará en diciembre en Copenhague, y dar así­ continuación al protocolo de Kioto.

La AIE esbozó un panorama en el que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera no superarí­a los 450 ppm (partes por millón), lo que, según los cientí­ficos, permitirí­a limitar el alza del termómetro mundial a 2 grados.

La energí­a, que representa los dos tercios de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, «está en el meollo del problema y debe por tanto estar en el meollo de la solución», subrayó la AIE, que destacó el papel de China, convertida en 2007 en el principal emisor de gases de efecto invernadero, por delante de Estados Unidos.

«China es hoy el principal emisor pero también es uno de los paí­ses que hace los esfuerzos más notorios para orientarse hacia un desarrollo sostenible», reveló Birol en una entrevista con la AFP.

Según el economista de la AIE, si China consigue las metas que se fijó, sus reducciones de emisiones en 2020 desde un punto de vista relativo, es decir en comparación con lo que sucederí­a sin una acción por su parte, representarí­a un cuarto del esfuerzo necesario a nivel mundial para permanecer bajo el tope de los dos grados.

«Es enorme. Esto colocarí­a a China en primera fila contra el cambio climático», subrayó.

Para dar todaví­a más sensación de urgencia, la AIE hizo hincapié en que cualquier retraso en la conclusión de un acuerdo internacional se pagarí­a muy caro.

Cada año de retraso, a partir de 2010, añadirá «500.000 millones de dólares a la inversión total necesaria en el sector energético» para lograr la meta fijada, explicó Nobuo Tanaka, director ejecutivo de la AIE.

Para la organización ecologista WWF, el informe de la AIE demuestra claramente que serí­a «completamente estúpido» no invertir en una economí­a con una emisión reducida de dióxido de carbono.