La dependencia de ífrica en las importaciones de arroz podría resultar beneficiosa a medio plazo, estimaron expertos reunidos en Benín, poco antes de que se inaugure la cuarta Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo, en el continente negro (TICAD).
Aunque las nuevas variedades de arroz implantadas en suelo africano permitieron en 2007 un aumento del 6% de la producción continental, se está «lejos de satisfacer la demanda», estimó en un informe el Centro Africano para el Arroz (ADRAO), con sede en Cotonú (Benín).
Frente a la crisis que preveía desde «hace al menos dos años», el ADRAO preconiza un crecimiento del cultivo del arroz, una utilización de variedades más rentables, una modernización técnica y un mejor acceso a las semillas. Un paquete de medidas que lograría cortar con la dependencia extranjera.
«Para evitar ser rehenes de los precios mundiales, no hay secreto, se debe construir una agricultura competitiva y durable gracias a una combinación inteligente de tres factores: tecnologías eficaces, infraestructura de base y un entorno saneado», afirmó el máximo responsable del Centro, Papa Adbulaye Seck.
Por el momento, «depender tanto del arroz importado constituye la receta del desastre para el continente», agregó.
Según el ADRAO, ífrica representa entre «el 10 y el 13% de la población mundial, pero absorbe el 32% de las importaciones mundiales, con un crecimiento del consumo de un 4,5% anual».
El aumento de la producción en 2007, debido principalmente al Nerica (New Rice for Africa), una variedad obtenida al cruzar arroz africano y asiático, se ha visto difuminada este año por el rápido aumento del consumo de este alimento en ífrica, que «importa el 40%» de sus necesidades.
Un ejemplo claro es el de ífrica occidental, la gran región de cultivo de arroz del continente, donde la producción aumentó entre 2001 y 2005 un 5,1% a ritmo anual, mientras que el consumo se disparó a la par un 6,5%.
Durante la Conferencia Internacional en Yokohama (Japón), entre los próximos 28 y 30 de mayo, se analizará en especial los resultados del Nerica, resultado de un proyecto financiado por el Banco Africano de Desarrollo, el gobierno japonés y el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).
Lanzado en 2005 y previsto para un lustro, la «Iniciativa Arroz» del ADRAO dispone de un presupuesto de unos 35 millones de dólares.
«Si los gobiernos no adoptan inmediatamente medidas contundentes, el arranque económico de muchas regiones africanas se evaporará. Necesitamos soluciones a corto y largo plazo para dinamizar la producción local», subraya Seck.
Para atajar esta delicada situación, el Centro sugiere «aumentar significativamente la parte de cultivo irrigado de alta producción», que ahora representa el 10%, frente a un 50% en Asia.
Defiende además promover el uso de variedades como el Nerica adaptadas al suelo africano y con un «valor proteínico superior en un 25% al del arroz importado».
En resumen, el ADRAO estima paradójicamente que la crisis del arroz podría a medio plazo brindar una oportunidad a ífrica, si se logran los medios necesarios para poner en práctica todas estas medidas.