La crisis de seguridad


Cuando el gobierno de ílvaro Colom llegó al poder las esperanzas de los guatemaltecos se mantení­a aún con anhelos por la situación de violencia que se vení­a incrementando en el paí­s desde el gobierno de Berger.

Hugo Madrigal
madrigalyusuf@yahoo.com

El presidente Colom y los otros candidatos a la alta magistratura del paí­s ofrecí­an poner un alto a este incremento, usando un eslogan más humanista, Colom logró superar a Mano Dura del otro partido en contienda.

Ha pasado el tiempo y la violencia en Guatemala no se ha podido contener. Cada dí­a son más los ciudadanos que mueren por un ataque, ya sea por un robo de celular u otras causas que al final son asesinatos. El presidente Colom se ha visto en la necesidad de cambiar varios minutos en la Cartera de Gobernación y esto lo ha vuelto muy débil en cuanto a la seguridad de la población porque, pensamos que con tanto cambio en dicha cartera no se puede planear un buen trabajo en cuanto a seguridad se refiere de los guatemaltecos.

Los asesinatos diarios que se siguen incrementando ya sea como decimos por una u otra razón, mantiene al paí­s como uno de los más violentos del mundo. Esto hace que se pierda mucho turismo, aunque siempre hay un buen número de turistas que nos visitan, pero si hubiera un mejor control, la situación serí­a otra, ya que traerí­a paz a los que vivimos en este paí­s.

La falta de poder vivir en tranquilidad que es una garantí­a de derecho para todo ciudadano, actualmente no existe. Son muchos los cuadros que empañan la vida diaria de los pobladores. La extorsión, los secuestros, los asesinatos de los choferes de buses es algo que no termina de darse y continúa aumentando en todo el paí­s.

Los maleantes hacen de las suyas, como por ejemplo, en el Centro Histórico de la ciudad capital, robándole sus pertenencias hasta ancianos de la tercera edad; no entendemos, andan un sinnúmero de policí­as en cada sector y casi en las narices de ellos los maleantes hacen de las suyas.

El Gobierno central, por su parte, buscando fórmulas se le va a ir todo el perí­odo y la violencia continuará en un paí­s que pareciera que ver asesinados es ya una costumbre. Es lamentable, porque tenemos derecho a la vida.

Las instituciones de derechos humanos claman por tanta inseguridad, pero ni se les escucha. O sea ya se perdió el control de poder vivir en tranquilidad en Guatemala. La justicia por su parte bien maquillada, de oí­dos sordos como ha sido siempre, no es de ahora, desde hace muchos años la impunidad impera porque tiene su aliado en las partes judiciales, lamentablemente así­ es.

La justicia nunca ha actuado como debe de ser en el paí­s, por eso hay tantos casos que dejan mucho qué desear. Por allí­ andan tratando de liberar al sacerdote Orantes que está sentenciado por la muerte de monseñor Gerardi, a punto estuvo de salir libre, la gente se enardeció, pero todo queda así­. Como que no hubiera memoria.

Don ílvaro en su gobierno ha resuelto uno que otro problema, serí­a justo no reconocérselo, pero los crí­menes polí­ticos esos no se resuelven por más que algunos ciudadanos aún crean en ellos, que llegará a la investigación y con ello apresar a los culpables.

Todas estas constantes tan negativas han hecho que los ciudadanos se mantengan intranquilos y se vuelva como cosa común ver como suceden los asesinatos en este paí­s.

Altas autoridades religiosas (Chamanes, evangélicos, católicos, musulmanes) en sus oraciones le piden a Dios que ilumine a las altas autoridades que nos gobiernan, que el presidente Colom vuelva a tomar los destinos del paí­s y los enderece. Que implante una polí­tica eficaz contra tanta violencia.