La crisis de la investigación en las facultades de derecho


Basta con ver las tesis de los graduandos de derecho para darse cuenta del nivel en el que se encuentra la investigación cientí­fica en las facultades de derecho de las universidades del paí­s. Pareciera que todo estuviera planeado para preparar tramitadores y no juristas. En primer lugar, el estudiante no recibe una formación profundamente cientí­fica en la que se le obligue a cuestionarse sobre su vocación a la justicia. En segundo lugar, los cursos de investigación que se imparten están orientados a cumplir con una serie de requisitos propios de metodologí­as obsoletas y ello redunda en el desaliento por parte del estudiante que tenga interés en hacer ciencia jurí­dica. Y en tercer lugar, derivado de lo anterior, no existe una autonomí­a investigativa, al estudiante pendiente de tesis se le dice que es lo que tiene qué investigar, su escasa producción es sometida a rigurosos procesos casi burocráticos para que su iniciativa sea aprobada.

Lic. Edgar Menchú Rosal, A-l 915603

Pareciera que todo ello fuera parte de un sistema en el que las encargadas de ventanillas cobran cierto protagonismo. Considero de vital importancia el hecho de resignificar el valor que tiene la investigación cientí­fica en las universidades, la investigación constituye ciencia y la ciencia apunta hacia el progreso y el desarrollo de una sociedad, una universidad que no investiga, no es universidad, un abogado que no investiga, es un tramitador y no un jurista. Por ello, es pertinente que se revisen los cursos y las metodologí­as de investigación en las facultades de derecho, no es posible seguir en ese atolladero de requisitos estúpidos (consejeros, perfiles, anteproyectos) que restan valor a diseños de investigación que muchas veces contienen verdaderas propuestas que se pierden en ese vaivén sin sentido. Creo que se debe dar valor a la investigación como el arte que es y darle la libertad que se merece como tal.