La corrupción y los medios


GLADYS_MONTERROSO

“La corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo” José María Vargas Vila

No cabe duda, que la declaración de culpabilidad de Alfonso Portillo, ante la Corte, en EE. UU., es el principio de un tsunami, en cuanto a la corrupción que en nuestro país se produce, porque esa aceptación expresa, trae consigo variables insospechadas.

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


Veamos, ¿Cuántos funcionarios públicos, incluyendo presidentes y vicepresidentes, han recibido dinero no solamente de Taiwán, sino que de otros países, a cambio de favores? pero además, no solamente los exfuncionarios públicos, o los actuales, han puesto la mano para recibir cualquier cantidad de dinero, para un voto o una omisión conveniente, existen otros actores, que se han investido, con el manto de la protección económica, unos, y constitucional otros, para dar un beneplácito solicitado.

Creo sumamente necesaria una autocrítica, y depuración de algunos medios de comunicación, que han servido de  comparsa, o han guardado silencio cómplice, ante hechos, que una prensa efectivamente independiente, debió hacer público, y pronunciarse inmediatamente, en el momento oportuno, sin embargo no ha sido así, existen muchos puntos oscuros en la mayoría de  los medios de comunicación, que nos llaman a la reflexión, de cómo la corrupción existió siempre en la llamada clase política, pero actualmente es mayor, y por lo tanto más evidente, también es de analizar que se ha infectado con este virus terminal, la clase económica, y asimismo la clase de comunicación social.

Uno de los pocos referentes en relación a la ética, profesionalismo y moral que aún se conservan dentro de esta clase,  es el vespertino La Hora, y el licenciado Oscar Clemente Marroquín, quien se ha mantenido leal a los principios del cuarto Poder, y, unos pocos más. Ahora, si vemos el espectro en general, veremos con preocupación, que los intereses particulares, el amiguismo, y otros males más, han atacado a una clase que debería ser referente del objetivismo en el traslado de la información, tan necesaria para la superación del país. Desde hace mucho tiempo, he escuchado como el ciudadano de a pie, se refiere a la prensa en general, con mucho desinterés, y molestia, sentimientos que no comparto, pero que comprendo. La guinda del pastel, la puso la entrevista que Plaza Pública realizó a Portillo y los hermanos Valdez, ese debió ser un termómetro de cómo ve a la prensa quien se sirve de ella, y quien no se sirve también, ahora después que sale a la luz pública, la verdad cruda, del caso de los cheques de Taiwán, que la misma prensa orilló, para que Portillo fuera castigado por haberse revelado al poder real, de la que unos medios son parte, y otros alfiles, hoy les regresa, habría que preguntarse ¿Qué medios no han favorecido a sus colaboradores, con viajes (becas) a países que han necesitado y se les ha dado un voto, u otro favor en la diplomacia internacional?

El panorama es complejo, y no solo por Taiwán, también por la apertura y los votos a unos países y a otros no, hoy podemos apreciar que no ha sido una política de principios, menos aún desinteresada, ha existido una remuneración, y no solamente al poder politiquero en turno, si se destapa la olla, serán muchos los enlodados, precisamente los que no se han querido mojar en temas relevantes, y hoy más que nunca, no se pronuncian sobre asuntos de por si espinosos, o tienen identificado temas recurrentes, lo que es un fenómeno especial, este de los temas recurrentes, siempre  se tratan los mismos asuntos, y en relación a la información existe deuda, ya que no toda es trasladada objetivamente, es maquillada, y como lo repito, los temas de real interés son tratados de forma bastante light, lo que no hace posible que se cumpla con los principales mandamientos, formar e informar objetivamente.