La corrupción «sobre la mesa»


El cinismo de nuestra clase polí­tica no tiene parangón. Ahora resulta que como «logro» nos dicen que a partir de ahora no se darán bajo la mesa las sucias negociaciones con los diputados para comprar los votos. La solución: esa sucia negociación se hará a luz pública, sobre la mesa.


Tres millones por cabeza es el «tope» establecido por el Presidente de la Comisión de Finanzas para transparentar la forma en que se comete la corrupción de sobornar a los diputados para que voten a favor del presupuesto de la Nación propuesto por el Ejecutivo. Y con el mayor desparpajo, justo cuando el Gobierno está promoviendo una reforma fiscal, nos ofrecen la mágica respuesta de hacer transparente la corrupción. No se trata de transparentar el uso de los fondos públicos, sino simplemente hacer que el soborno sea a luz pública, a la vista de todos y hasta Acción Ciudadana dice que es «positivo poner sobre la mesa debates que antes estaban oscuros».

Los guatemaltecos estamos dando un paso firme en contra de la falta de transparencia, porque por vez primera se dice que hay que poner sobre la mesa el trinquete para que nadie tenga argumentos para hablar de negocios oscuros. Los negocios siguen siendo sucios, pero son claros y a la vista de todos porque aquí­ se perdió la vergí¼enza.

Sobra decir que tiene mérito que el diputado Mario Taracena reconozca que no hay forma de parar el soborno a los diputados, mismo que viene de mucho tiempo atrás y que ahora se admite a las claras. Con el agregado de que el mismo presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso encontró la fórmula ideal para callarle la boca a la gente que nunca más podrá hablar de negociaciones a espaldas del pueblo. Nada de eso, a partir de ahora las negociaciones se harán a las claras, cí­nicamente, con el mayor tupé del mundo, porque al fin y al cabo si todos en el paí­s saben que los diputados le ponen precio a su voto cuando se aprueba el presupuesto, no tiene sentido mantener a escondidas ese tipo de negociaciones. Si ya es sabido por la opinión pública, para qué mantener las cosas en silencio.

Y si acaso los medios de prensa independientes se ponen a fregar, criticando la «sabia medida», para ello el Gobierno está pensando en producir su propio noticiero para refutar la maldad de la prensa. En esos espacios «informativos» se le explicará a la población el avance en transparencia. La corrupción ya no es oscura en Guatemala porque decidieron transparentarla.