La contienda electoral del 2011, II parte


Quiérase o no el tema de las elecciones adquiere un espacio cada vez mayor en la atención del potencial elector. «El tiempo de la «nueva» generación», «la fuerza del cambio», son las frases emblemáticas que pretenden identificar a los actores polí­ticos emergentes, en tanto que el: «retomar el camino», pretende volcar la atención de las colectividades en el longevo alcalde de la ciudad más poblada de Centroamérica. Encontrándonos como nos encontramos en una evidente campaña anticipada, preocupa sobre manera el desempeño institucional del Tribunal Supremo Electoral. Y esta connivencia del tribunal llamado a velar por el más irrestricto cumplimiento de las normas electorales, se espera que no sea el anticipo de mayores desaciertos.

Walter Guillermo del Cid Ramí­rez
wdelcid@yahoo.com

Y precisamente llama la atención «la come ansí­as» que se manifiesta ante la campaña anticipada, pues al momento es muy difí­cil determinar la procedencia de la fuente de financiamiento de estas jornadas de posicionamiento de imagen personal, de sí­mbolo y de frase emblemática. El origen de los recursos puede ser o no ser oscuro, pero la historia nos ha demostrado que los financistas en su momento habrán de pasar la factura y el otro rostro de esta situación es que sin que se nos pregunte, al final esa factura la terminamos pagando los contribuyentes. Ello si la tal jornada se ve favorecida por el voto mayoritario al momento de las elecciones.

Pero ahora no es así­ de simple la definición del problema que representa la campaña anticipada. El paí­s se encuentra bajo una expresión problemática representada en una amenaza cada vez mayor. La amenaza de ser controlado en todos sus órganos, en las entidades a conveniencia, por parte de estructuras criminales. El oscurantista pensamiento oligárquico que ha predominado por demasiado tiempo ha generado el nicho ideal para desarrollar las redes que pueden subsumir el casi inexistente tejido social guatemalteco, aumentar la creciente desconfianza institucional en lo gubernamental y lo no gubernamental y así­ entronizar aún más la impunidad. La selva en nuestras calles y su «ley» tocando cada vez más puertas dentro de nuestros vecindarios.

El lamentable mensaje que subyace en este afán por correr a prisa, puede ser la pérdida total de cualquier control legal del paí­s. El anticipo de campaña puede ser explicado, al antojo de sus promotores, como una respuesta natural ante la propia campaña emprendida por el oficialismo. Eso puede ser. Si tales esfuerzos para contrarrestar la masificación de voluntades tiene un asidero alejado de las tenebrosas manos de las redes criminales, corresponde ahora a la dirigencia polí­tica presentar una amplia y pormenorizada rendición de cuentas para alejar toda duda. Pondrí­an en aprietos al partido de gobierno y se revelarí­an algunas de las futuras demandas de los, por ahora secretos financistas de estas campañas divulgativas de posicionamiento de imagen.

El colmo de los colmos podrí­a traducirse que de pronto la intervención del paí­s pueda ser concebida como el eventual salvavidas que apliquen los poderosos señores del norte. Eso cuando vean la dimensión de la amenaza que les representan los promotores de otros distribuidores de drogas y más destinados a su «propio mercado». Ahora más que nunca la atmósfera electoral guatemalteca no marcha al margen de intereses no necesariamente legí­timos. La rendición de cuentas es casi una obligación ineludible. Continuará.