La conquista de la felicidad, de Bertrand Russell


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¿Cuál es el sentido de la filosofí­a sino ayudar a que las personas sean más felices?

Por José Carlos Garcí­a Fajardo

La conquista de la felicidad ofrece un agradable viaje por algunos de los motivos que suelen hacernos sentir infelices y también por las causas que pueden provocar esa sensación de felicidad. Porque ésta no existe. Existen momentos felices. A pesar de que, aunque la vida no tuviera sentido, tiene que tener sentido vivir aquí­ y ahora, y el principal sentido de este vivir consiste en ser uno mismo, esto es, en ser felices. Querer lo que hacemos para poder así­ hacer lo que queremos. No es un juego de palabras.

Ser  uno mismo, saberse y actuar en consecuencia. Aunque no siempre la acción sea imprescindible para la felicidad. Así­, al menos, se lo cuenta Krishna al Prí­ncipe Arjuna: “Pon tu ánimo en la acción, más nunca en su recompensa. Desempeña tu obra en la paz del yoga y, libre de apegarte a deseos egoí­stas, no permitas que el éxito o el fracaso te perturben”. (Bhagavad-Gita, 2,70)

Según, Russell una vida feliz tiene mucho que ver con una vida tranquila pues “sólo en un ambiente tranquilo puede vivir la auténtica alegrí­a”, la armoní­a de que hablan los sabios. Este fenómeno no abunda en las ciudades en donde la vida está separada de la tierra, de la naturaleza y de sus ciclos. Lo que a veces nos lleva a autoexiliarnos en frágiles narcóticos o en la enajenación en unos programas de televisión degradantes y vací­os de contenido. Lo que ofrecen es no pensar, y tirar para adelante desde ese diván de los sueños freudianos o en percusiones sin sentido en los teclados o en las pantallas de los nuevos juguetitos.

El libro fue escrito de forma sencilla para que pudiera ser entendido por las personas sencillas. Pero, ¿qué es lo que hace infelices a las personas? Según el autor, las conductas egocéntricas, impulsadas por el judeocristiano sentimiento de culpa, la megalomaní­a o el narcisismo. También menciona a las personas obsesionadas por el éxito, por el triunfo, por el dinero.

La felicidad está en el entusiasmo por la vida, el cariño, la familia, los amigos, la solidaridad y el compromiso con la causa de la justicia.

La felicidad sólo requiere “comida y cobijo, salud, amor, una ocupación satisfactoria y el respeto de los allegados”, escribe.

Y una gran dosis de imaginación y de voluntad para saberse uno con todos y con todo cuanto existe. Porque, antes de la muerte, hay vida.