La comedia invade el apocalipsis


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La Tierra ha estado a punto de acabar tan seguido que parece gracioso. Hemos visto tsunamis barrer océanos («2012»), el mundo congelarse («El día después de mañana») y un planeta solitario que choca con el nuestro («Melancolía»).

Por JAKE COYLE
NUEVA YORK /Agencia AP

Tanta gente ha patrullado una Tierra desolada— Will Smith en «Después de la Tierra», Tom Cruise en «Oblivion», un lindo robot en «WALL-E» — que hasta el mundo post-apocalíptico ya está congestionado.

Pero ahora, meses después de la fecha en la que los mayas pronosticaron que el mundo acabaría, los comediantes se están riendo de últimos, o al menos, en los Días Finales. El miércoles se estrena «This Is the End», de Seth Rogen y Evan Goldberg, en la que la euforia llega en medio de una fiesta de Hollywood en la casa de James Franco.

«The World’s End» debuta en agosto y a principios de año se estrenó «It’s a Disaster», donde la calamidad nuclear interrumpe el desayuno de una pareja en Nueva Orleáns. También acaba de salir la absurda «Rapture-Palooza», en la que Craig Robinson (un astro de «This Is the End») interpreta una encarnación del diablo. El año pasado, «Seeking a Friend for the End of the World», con Steve Carell y Keira Knightley, le dio un giro de comedia romántica al fin del mundo.

Las cintas son particularmente apropiadas si se considera que, en última instancia, la comedia se ríe frente a la muerte. Si tragedia más tiempo dan como resultado comedia, el fin de los días (un fogoso final al que sigue la eternidad) le da mucho material a ambas partes de la ecuación. «Siempre decimos que cuanto menos afortunados los personajes, más cómicos en general», dice Rogen. «Y no existe una situación peor que esta».

En «This Is the End», por mucho la más graciosa del grupo, los actores (que incluyen a Jonah Hill, Danny McBride y Michael Cera) interpretan versiones retorcidas y exageradas de sí mismos. Cuando Los Angeles estalla en llamas, pelean egoístamente por los suministros escasos y la desesperación los lleva a la traición.

«Queríamos que la gente menos preparada se enfrentara a algo como esto y ponerlos en esta situación», dijo Goldberg, quien escribió con Rogen el guion de «Superbad» y «Pineapple Express». «Y los humanos menos preparados en la Tierra son, al parecer, los actores. Seth y yo siempre hablamos de cómo aprendimos a cocinar pollo para la película ‘Take This Waltz’. Preferiría estar con un electricista o un carpintero o un cazador».

Irónicamente comedias como «This Is the End» se sienten más personales que la mayoría de los dramas sobre desastres, donde el espectáculo visual llama la atención mucho más que los humanos. Todd Berger, guionista y director de «It’s a Disaster», se inspiró para hacer esta película — una sátira social de treintañeros obsesionados con ellos mismos — después de hablar con su hermana, una enfermera, sobre su experiencia en Nueva Orleáns durante el huracán Katrina.

«Le pregunté si fue como una película de desastres y ella respondió que no, que algunas personas estaban en crisis pero que no se puede estar en crisis todo el tiempo. Al final algunos comenzaron a leer revistas», dijo. «No todos van a responder a un desastre como Sylvester Stallone en ‘Daylight»’, agregó Berger.

Existen, desde luego, películas que se burlan del fin del mundo. Una de las más destacadas es la clásica comedia negra de Stanley Kubrick sobre la crisis nuclear de la Guerra Fría, «Dr. Insólito o: Como aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba», de 1964.

Para muchos las películas de zombis son un género distinto a las cintas apocalípticas, pero la comedia de Edgar Wright de 2004 «Muertos de risa» sigue siendo una de las películas emblemáticas para reírse del fin del mundo. En la película, venerada por Rogen y Goldberg, el personaje de Simon Pegg reacciona con una finura británica a un montón de zombis.

«Definitivamente no nos consideramos unos parodistas porque nos encantan estas películas», dijo Wright. «Más bien es lo contrario: somos como cineastas serios frustrados que no pueden hacer las cosas de otra manera».

La próxima película de Wright y Pegg, «The World’s End», que se estrena el 23 de agosto, ha entrado en la tendencia de las comedias apocalípticas. En ella un grupo de amigos adultos se reúnen para ir a varios bares de su pueblo natal, un viaje que termina en un bar llamado The World’s End, o El Final del Mundo. En el camino se dan cuenta de que la gente del pueblo son robots inspirados en cintas de ciencia ficción de los 50 y 60 como «El pueblo de los malditos» o «Usurpadores de cuerpos».

«Es algo para reír ante la muerte», dijo Wright, explicando que la resistencia del personaje de Pegg para crecer desempeña un papel importante en sus problemas. «Es un personaje que es un problema para sus amigos a nivel social y, al final, a nivel galáctico también».

Un espíritu similar que celebra y retuerce el género motivó a Goldberg y Rogen. Goldberg recuerda una reunión inspiradora con el guionista y eventual director de «Iron Man 3», Shane Black, para discutir el guion de «El avispón verde», que pretendía ser la película de superhéroes más divertida.

«Nos dijo: ‘Tomen las cosas y denles un giro’. No lo habíamos hecho suficiente con ‘El avispón’. Y nos dijo que necesitábamos hacerlo más. Shane Black es uno de nuestros ídolos, así que eso nos impactó realmente. Nos dimos cuenta de que eso es lo que hacemos y lo hacemos bien. Nos atraen las cosas grandes y alocadas, nos encantan los extraterrestres y el fin del mundo y las explosiones, nos gusta que sea grande».

«En general somos cineastas reaccionarios, de alguna manera», dijo Rogen. «Tratamos de hacer nuestra versión de lo que la gente está haciendo. Cuantas más (películas) hay sobre eso, más queremos hacer lo que nos parece una buena versión».

El par reveló que desde hace mucho considera hacer su propia aventura espacial. Pero por ahora le dará su toque a otro género: las películas de suspenso político. Rogen dice que la cinta, titulada actualmente «The Interview», es su versión de «Argo» de Ben Affleck: «Una película de suspenso psicológico con idiotas». «Eso es en general lo nuestro», dijo Goldberg. «Agregarle idiotas a un género existente».