Zucchero reveló el pasado viernes que la colaboración que más le ha exigido como músico, en cuatro décadas de carrera, fue la realizada en el debut como cantante de su hija, Irene Fornaciari, pues se vio obligado a separar la faceta de padre de la de productor.
El roquero italiano fue el responsable de producir y componer algunas de las canciones que conforman «Vertigini In Fiore» (2007) y «Vintage Baby» (2009), los primeros dos álbumes en la discografía de Fornaciari.
«Es difícil trabajar conmigo, ella (Fornaciari) es muy talentosa, pero yo soy un hombre muy exigente. Cuando terminamos la producción de sus discos me dijo que después de trabajar conmigo, podía hacerlo con cualquier otra persona en el mundo», dijo Zucchero en tono de broma durante una entrevista en la Ciudad de México.
«Cuando ella era pequeña decía que nunca se dedicaría a la música, pero un día la llamaron para hacer el casting de un musical; la eligieron como protagonista, hizo una gira por un año y desde entonces quiso ser cantante, lo cual es muy desafortunado, es una pena», agregó.
El músico de 57 años contó que por mucho tiempo se opuso a que Fornaciari se inclinara por el camino de la música, al considerar que, al ser hija de una figura reconocida en Italia, la prensa y los críticos serían aún más duros con ella.
«En Italia los hijos de los famosos están muy castigados por la prensa, porque todo el tiempo los comparan con los padres, entonces si el hijo de alguien famoso tiene éxito automáticamente se piensa que el padre influyó para que eso sucediera», explicó el guitarrista.
Aunque la experiencia de trabajar en el primer y segundo álbum de su primogénita le resultó enriquecedora, Zucchero prefirió no participar en el tercer y nuevo disco de Fornaciari, «Grande mistero».
«La verdad es que esta vez preferí que escribieran otras personas para mi hija. Mi influencia en la composición de Irene es muy fuerte, pero en su nuevo trabajo ella colaboró con los mejores compositores italianos… y creo que fue lo mejor», señaló el compositor y guitarrista.
De visita en la capital mexicana, donde ofreció un recital ayer en Plaza Condesa como parte de su gira latinoamericana, el italiano recordó los lazos musicales y amistosos con la agrupación local Maná, con la que grabó dos temas a dúo, «Eres mi religión» y «Baila morena (Sexy thing)», en 2003.
«Son muy buenos amigos, hay una conexión musical y humana muy linda entre nosotros. Hemos hecho conciertos juntos en Estados Unidos y España y nos divertimos mucho. Yo le sugerí a Luciano Pavarotti invitarlos a una de las ediciones de ‘Pavarotti & Friends’ y fue una experiencia grande», recordó el autor de canciones como «Senza una donna» y «Las Palabras de Amor».
La serie de conciertos «Pavarotti & Friends» fue el resultado de la unión del trabajo de Zucchero y el fallecido y legendario tenor, actos que permitieron reunir fondos para diversas causas sociales en lugares como Guatemala y Kosovo.
El veterano roquero narró que el origen del proyecto «Pavarotti & Friends» surgió de una fusión entre el trabajo del tenor y el suyo en la canción «Miserere», un tema escrito por Zucchero en 1996, cuando enfrentaba una crisis personal derivada de su divorcio.
«Fueron 15 años de trabajo muy intensos, pero sé que a Pavarotti le encantaba esa labor humanitaria, que fue posible gracias a su posición en el mundo de la ópera y a mi contribución con los músicos de rock. Aunque él al inicio estaba muy escéptico del proyecto, cada edición de esos conciertos lo dejaron muy satisfecho y feliz», indicó.
El nominado al Grammy dijo que, casi cinco años después del fallecimiento de Pavarotti, aún no hay alguien que pueda ocupar el lugar de su amigo, tanto en lo musical como en el trabajo humanitario.
«Hay tenores muy talentosos, Andrea Bocelli es un buen aprendiz, pero no tiene la potencia y el carisma de Pavarotti. Él (Pavarotti) gozaba de un timbre de voz único, y el no ser purista de la ópera lo ayudó a engrandecer su figura entre diversos públicos. Su figura es insustituible», destacó el roquero.
Además de México, y en el marco de la gira latinoamericana para promocionar su más reciente álbum «Chocabeck», Zucchero ofrecerá en marzo recitales en Venezuela, Chile, Argentina y Brasil.