Imposible negar tan potencial problema. Salvo ausencia de percepción y no tener los pies sobre la tierra. Por lo visto habitan otra galaxia. Acaso el conformismo accione sobre-manera terminando por adecuarse a dicha limitación con el ribete evidente de patética situación, en medio de colapsos sucesivos, furibundos y sorpresivos. En relación a la mayoría de automotores que son verdaderas chimeneas rodantes expeliendo humo diesel dondequiera, con total irrespeto al derecho ajeno.
Insisto en señalar sea causa de afección en la garganta y aparato respiratorio. También la inobservancia del reglamento específico, en desacato visible y preocupante.
Operan en deterioro de los capitalinos por extensión restantes fuentes del ruido fastidioso. Estarán de acuerdo los lectores damnificados, que entre otras cosas provocan sordera los frecuentes atascos; también del sistema nervioso. El accionar y acelerar motores desajustados, inclusive el sistema de semaforización arman la de San Quintín.
Restantes unidades hacen más ruido en la urbe de suyo ya ruidosa. Por ejemplo los llamados “Tuc-Tuc» abriéndose paso en el maremágnum vial. Semejante a un antiguo comercial que con insistencia afirmaba ser “Chiquititas”, pero cumplidoras». Todos en demanda de la debida clientela asegurada.
Sigue el listado ruidoso de unidades en pos de ganarse el sustento diario entre la borrasca que origina la violencia interminable. Circulan en un mosaico de calles y avenidas metropolitanas. Fuente del fatídico ruido son los megáfonos en sitios considerados estratégicos de mercadeo, en beneficio del gigantesco y audaz comercio, también en el Congreso.
Añado vehículos portadores de grabaciones cuyo fin es promocionar productos, bienes y servicios a todo volumen. Sea gas licuado, helados y golosinas, gloria del paladar infantil preferencial, además, otros grupos humanos a título de consumidores empedernidos se suman, con objeto de dulcificar el sentido del gusto.
Por épocas brotan noveles mercaderes dispuestos a obtener el clientelismo, otro rostro del consumismo envolvente. Puestos de acopio, montañas de chatarra. Esta modalidad de compraventa hace permisible la oferta y la demanda novedosa, en tiempos alineados en ser de las vacas flacas, situaciones atípicas invaden terreno.
Estas expectativas tocante a la histórica cita; «Hasta cuándo Catalina abusarás de nuestra confianza». Aludo a las autoridades que más antes que después deben poner las cartas sobre la mesa. El caso no es para permitir prosiga sin control aparente y debido. Ya es tiempo de sobra de aplicar la ley sin dilación aunque sea dura».