La carrera policial en Guatemala


La ilusión de toda persona que inicia el estudio de una carrera, es llegar a coronarla con el éxito correspondiente, y de ahí­ en adelante será el trabajo, empeño, dedicación y esmero en el trabajo lo que incida para las respectivas consideraciones sobre los ascensos, promociones y aumento de sueldos y/o salarios.

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

En el caso de los jóvenes, de ambos sexos, que inician su carrera policial, es menester decir que con el grado de atención técnica y cientí­fica que se les brinde, así­ será el resultado de su estudio; en otras palabras, el factor docente para su formación policial, debe estar calificado como excelente en cada una de las materias que se imparten a lo largo de la formación técnica policial. Pero… sí­ los catedráticos e instructores no poseen los conocimientos técnico pedagógicos para brindar una enseñanza de calidad, muy poco será el resultado exitoso que pueda obtenerse; en el pasado reciente, hubo casos de improvisación de catedráticos, quienes de muy buena fe, pero sin la experiencia docente necesaria, atendieron a los alumnos en la medida de sus posibilidades; sin embargo, ello se tradujo en la deficiente formación del conocimiento adquirido. El pénsum de estudios ha sufrido variantes con los continuos cambios de autoridades policiales y de las Academias, pues los nuevos funcionarios podrán tener una magní­fica trayectoria policial pero al desconocer el rubro educativo dejan a la deriva algunos aspectos que técnicamente son apropiados para ese tipo de enseñanza, lo que equivale a retardar la implantación de un pénsum adecuado a las verdaderas necesidades de la población. Por supuesto, para lograr óptimos resultados es necesario que la inversión en instalaciones, alimentación, equipo, herramientas, material didáctico y especialización docente sea consistente; de esa forma, se logrará proporcionar una cultura policial a los jóvenes que han iniciado sus estudios en esta rama de la educación. Y sin pecar de religioso, también es necesario considerar con carácter de URGENTE, la formación cí­vica y moral de los jóvenes alumnos; la aplicación en su vida diaria de los valores espirituales que son tan necesarios para la mejor comprensión de la vida personal y de la población ciudadana en sus diversos comportamientos. El estudio policial que se imparte en Guatemala aún presenta muchas carencias, lo cual puede muy bien irse solucionando por medio de asesorí­as técnicas de profesionales que conocen y dominan el tema policial; para dejar ya, en el olvido, la contratación de catedráticos/as con tí­tulo universitario pero con desconocimiento de la vida policial y sin experiencia docente; sí­ esto se hace, redundará en el beneficio social que todos esperamos: BUENOS POLICíAS.