La Caravana del Zorro. Pasión, aventura, devoción y trabajo


No tengo conocimiento si la «Caravana del Zorro» está registrada en los Récord Guiness, pero me parece una iniciativa bastante original y significativa por muchas razones: primero por la cantidad de motoristas que año con año la conforman; segundo por el desenfado con que en motocicletas de todos los colores, de todas las marcas y tamaños, se encaminan en romerí­a motorizada a visitar y a pedir protección al Cristo Negro de Esquipulas, sobre todo aquellas personas que han hecho de la motocicleta, su medio de transporte y de trabajo diario.

Milton Alfredo Torres Valenzuela

En otros paí­ses también se organizan caravanas de motoristas, generalmente con vocación de vagabundos que lucen sus potentes motos por carreteras bien asfaltadas y con atuendos que, además de protegerles, les identifican como miembros de una comunidad de vagos con pisto o sin él pero que pueden comprarse una motocicleta de lujo o de las marcas más famosas. Con ese tipo de vida muy pocos en nuestro paí­s creo que se identifican; pero en nuestra «Caravana del Zorro», sin complejos ni sentimientos de inferioridad, los motoristas guatemaltecos, haciendo también suyo el placer que puede dar el conducir una motocicleta, se reúnen año con año, sin vocación de vagos claro está porque la situación de nuestro paí­s, y menos la de los cobradores y mensajeros que participan en gran mayorí­a, les permite darse ese lujo. Dicha caravana demuestra que los guatemaltecos podemos hacer nuestra una costumbre foránea. Las motocicletas no las inventamos nosotros, ni el placer ni el riesgo de viajar en grupo. Eso es algo importado, pero la forma de hacerlo y más aún, el objetivo que mueve a nuestros motoristas sí­ lo es. He ahí­ lo original, la forma y los motivos dan el sello de guatemalteca a la ya famosa «Caravana del Zorro».

Creo, por otra parte, que si el acontecimiento que comento puede mejorar su organización, su participación y difusión a través de los medios, a la vez que pueda mantenerse al margen de patrocinios, especialmente politiqueros, la «Caravana del Zorro» pueda llegar a convertirse en un hecho digno de registrarse en los archivos de la conciencia colectiva como una verdadera tradición. Así­, las autoridades y las instituciones de servicio, tendrán que dar más apoyo y brindar más seguridad a los participantes.

Otro hecho significativo es la promoción de la motocicleta como medio de transporte. Es cierto que en nuestro paí­s no se respeta al motorista y menos al ciclista, pero debemos ir pensando ya en la sustitución del automóvil por medios de transporte más económicos, menos contaminantes y más versátiles, porque tal y como se perfila el porvenir, mientras no se construya un metro subterráneo que solucione verdaderamente el problema, una solución puede llegar a ser el fomento del uso de motos y bicicletas. En otros paí­ses con climas extremos ha sido desde hace mucho tiempo, una solución, a la vez que (en el caso del uso de bicicletas) una manera de fomentar la salud de los habitantes. En fin, la «Caravana del Zorro», puede ser modelo de muchas cosas, debemos reconocerlo.

Nos queda pues, documentar sus orí­genes, reconocer sus caracterí­sticas y hacerla cada vez más nuestra, y a los organizadores felicitarles por llevar a cabo un evento tan complejo pero a la vez tan colorido y significativo. Viajar en motocicleta, aunque peligroso, siempre ha sido y será un placer, más en un paí­s como el nuestro tan lleno de paisajes, tan diverso, tan contrastante y maravilloso.

Respetemos a los motoristas y a los ciclistas porque, a su manera y aunque no siempre por la temeridad de algunos, nos demuestran que sí­ es posible unir pasión, aventura y trabajo, además de que otro medio de transporte es posible.