Estos personajes están obsesionados con el poderí­o que da el dinero y no miran a quién derriban en su afán de alcanzar ese tesoro mal habido, pero que les dará satisfacciones por largo tiempo.

Hablo de la burocracia, de la alta y baja de nuestra sociedad, de los ministros, de los partidos polí­ticos y mandatarios de la nación que quieren consolidarse en el poder aún su gestión no sea definida, van a ciegas en su actuar, porque no tienen polí­ticas de proyección y prevención, en materia visionaria de servicio y seguridad al paí­s.

Da pena, leer los diarios de comunicación social y enterarse cómo se pierde, se pisotea el honor de muchos ciudadanos que llegan a un puesto de mando y entran al redil de los corruptos, creando empresas de cartón para estafar los erarios del pueblo de la nación.

Con tantos desastres climáticos, se mueve mucha ayuda económica y alimenticia, ojalá y llegue a los damnificados porque en esta contienda de necesidad y entrega se mueven aguas de la polí­tica y no deberí­a de ser así­.

En fin, por todos lados estamos amolados y buscar una solución airada y beneficiosa serí­a el camino, pero cómo lo vamos ha encontrar si casi todas nuestras instituciones han caí­do en el desprestigio de intereses personales, que se quedan en la impunidad.

Y un último acontecimiento, la falta de respeto a la libre emisión del pensamiento, el que el alcalde capitalino ílvaro Arzú, en la inauguración del TRANSURBANO se haya referido sin ética correspondiente aún ex presidente, calificando de BUEYES a quienes han criticado las prebendas que se dio a los empresarios de este nuevo servicio, fundado con capitales de miseria. Pero así­ son las cosas en nuestro paí­s.

Y los 106 policí­as motoristas que vigilarán la seguridad de las rutas, porque no dice de los usuarios de estos buses, ¿quién los pagará? Y, porque antes que manejaban dinero los pilotos no se otorgó este beneficio y así­ en parte haber evitado tantas muertes y el que haya tantas viudas y niños huérfanos.