La rutina de Burla Sujatha exige la ayuda de al menos dos personas, salvo cuando esta joven parapléjica india teclea en su ordenador y mueve cientos de miles de euros en la Bolsa de su país motivada por algo más que las ganancias: la afirmación de su propia autonomía.
«Visto que soy mecánica y físicamente dependiente, decidí ser financieramente independiente», cuenta a la AFP esta joven de 28 años, desde su habitación de Hyderabad, una metrópoli del sur de India.
Burla siempre tuvo olfato para los negocios y una fuerza de voluntad de hierro.
En 2001, dirigía con su novio un estudio de fotografía cuando en un viaje a un templo hindú, su coche se empotró contra un camión. Salió consciente pero con la séptima vértebra cervical rota. No hubo apelación al veredicto: parálisis de por vida, excepto la cabeza y los brazos.
«Tras el accidente, no hubo nada a mi alrededor. Ni novio, ni apoyo, ni nadie», recuerda la joven al admitir, con una sonrisa de resignación, que «cuando se tiene todo, todo el mundo está contigo pero cuando se pierde todo, nadie se queda».
Su novio se fue sin dejar su nueva dirección pero, al menos, sí el dinero que había invertido en el estudio fotográfico común.
Tras un año de recuperación psicológica, Burla montó en su apartamento un taller textil de prendas para el hogar que empezó a distribuir en su región.
Pero la joven no soportaba ser una carga para su madre y el puñado de amigos fieles que se ocupaban de ella.
En 2004 se apasionó a la bolsa y los mercados financieros en un momento en que India iniciaba un período de expansión económica.
«Empecé a estudiar las reglas de la bolsa, a leer libros y periódicos especializados y a ver las cadenas de información financiera continuada», cuenta.
Se hizo asesorar por sociedades de corretaje y acabó por abrir una cuenta como inversora individual en la Bolsa nacional india (National Stock Exchange, NSE).
En los últimos tres años, desde la apertura diaria del mercado, a las 09:55, hasta su cierre, a las 15:00 locales, Burla se parapeta en su ordenador, conectada en directo con la Bolsa, y compra y vende las acciones que le parecen más interesantes.
Y hasta ahora ha logrado un éxito más que discreto.
Según afirma, por sus manos pasa una actividad de entre 363.000 y 545.000 euros al mes por una inversión mensual de 36.300 euros, que le dejan unas ganancias netas de entre 10% y 15% de esas cifras. Una verdadera fortuna en India.
Su ambición no se para ahí. Ahora quiere crear un propia empresa de corretaje y aumentar su inversión mensual hasta los 181.500 euros.
«Pero no especulo», se defiende al asegurar que «estudia el auténtico valor de las sociedades» antes de invertir o de retirar sus fondos.
En todo caso, Burla subraya sentirse «muy a gusto con lo que hago».
«Dos años después del accidente me sentía muy dependiente. Ahora siento que puedo hacer todo como cualquier otra persona normal. Soy financieramente independiente», recalca.
«Era ya alguien fuerte antes del accidente y ahora lo soy aún mas», resume.