La bestia ataca de nuevo


edit-gonzalez

«Nuestras acciones hablan sobre nosotros tanto como nosotros sobre ellas». George Eliot.

En la página electrónica de Prensa Libre del 23 de los corrientes se publicó: «Personas que han quedado con alguna invalidez luego de su fallido intento por llegar a Estados Unidos instaron ayer a quienes buscan hacer la travesía a que no arriesguen sus vidas y piden a las autoridades centroamericanas y mexicanas a que revisen las políticas migratorias».

Edith González


Una de las cuatro definiciones de la Real Academia Española, sobre migración dice: «Desplazamiento geográfico de individuos o grupos, generalmente por causas económicas o sociales». Este grupo que llegó a la capital guatemalteca y se reunió en el Palacio Nacional de la Cultura está formado por hondureños, que muestran en su cuerpo y en su rostro, la tragedia vivida cuando intentaron llegar a los Estados Unidos en busca de resolver su problemática socioeconómica.

Igual podrían ser salvadoreños, ecuatorianos, dominicanos, guatemaltecos, bolivianos, hindúes, chinos o de cualquier otra nacionalidad, quienes agobiados por la falta de oportunidades en sus países emigran no en busca del sueño americano, sino en busca de su realidad.

Hoy, los integrantes de este grupo hondureño, muestran piernas y brazos artificiales, muletas, bastones, heridas y fracturas, como recuerdo eterno de lo que fue un sueño que terminó en pesadilla.

Explican que es necesario que se analice la situación de la migración para encontrar soluciones colectivas para salvaguardar la vida y la dignidad de quienes deciden marchar de sus países para resolver sus situaciones económicas, negadas por falta de oportunidad en el continente.

El gran momento del dolor lo cuentan cuando explican que ellos, como miles de migrantes decidieron viajar en el tren que va de la frontera guatemalteca, pasa por México y llega a Estados Unidos. Ese tren al que apodan «La Bestia» es el escenario del dolor, la angustia y muchas veces la pérdida de la vida. En ese tren violan a mujeres, niñas y niños; en ese tren se cometen asesinatos, en ese tren asaltan y roban. Y todas las víctimas son migrantes.

Los hondureños que van de regreso a su país, a veces solicitando un jalón, a veces a pie, a veces comiendo, a veces sin comer, a veces con sed, durmiendo aquí o durmiendo allá quieren dejar su mensaje a los chapines:

En primer lugar abogan porque las autoridades mexicanas revisen sus políticas migratorias y encuentren un espacio más humano en el trato a quienes cruzan su territorio. Igualmente que tengan control de las autoridades de cuadros medios hacia abajo, quienes abusan del migrante.

En segundo lugar, que los gobiernos de nuestros países tengan la capacidad de resolver la problemática que nos afecta y contener de esa manera la migración y que igualmente se pueda establecer con las autoridades de México, patrones de asistencia y no de represión.

Con una mano en la conciencia, igualmente el grupo recomienda a los centroamericanos no arriesgar sus vidas en estas travesías, en donde «La Bestia», es en verdad eso, UNA BESTIA.