La aportación de «Frida»


México ha colaborado en un 5% en la creación del Gran Telescopio Canarias (GTC), que se inaugura mañana, y actualmente fabrica «Frida», un instrumento que permitirá observar el espacio evitando las turbulencias atmosféricas.


Los socios mexicanos del GTC son la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Instituto de Astronomí­a de la UNAM, cuyo rector y director, José Narro y José Franco, respectivamente, acompañarán a los Reyes de España en la inauguración en la isla de La Palma (islas Canarias).

Estas instituciones han participado, al igual que la Universidad de Florida (Estados Unidos) en la misma proporción, en el 5% de los gastos y en la construcción de varias piezas del GTC, que ha contado con un presupuesto total de 104 millones de euros.

A cambio, México podrá disponer del 5% del tiempo de observación anual en el GTC, según el Instituto de Astrofí­sica de Canarias (IAC).

La colaboración entre ambos paí­ses, que se inició con la firma de varios acuerdos en 2001, se extiende además a la creación de varios de los instrumentos con que estará dotado el telescopio.

El primero en instalarse y el único en funcionamiento por ahora, Osiris, es de factura hispano-mexicana.

Y ahora, el Instituto de Astronomí­a de la UNAM y el Instituto mexicano de Astrofí­sica, í“ptica y Electrónica (INAOE) están creando «Frida» (en homenaje a la pintora Frida Kahlo), el cuarto instrumento que se instalará en el GTC, en 2010, y que se servirá de la novedosa óptica «adaptativa» para observar el cosmos sin que le molesten las turbulencias atmosféricas.

«México aporta su experiencia y conocimiento en la fabricación de elementos ópticos», subraya a la AFP el director del GTC, Pedro Alvarez, que añade que el paí­s también ha colaborado en la construcción de una cámara de verificación.

La colaboración con la comunidad cientí­fica mexicana, que «ya existí­a de tiempo atrás», incluye el interés español por el telescopio milimétrico que México está construyendo actualmente, precisa Alvarez.

Los astrónomos españoles podrán utilizar este radiotelescopio, «el mayor del mundo en su rango de frecuencia», con «una antena de 50 metros de diámetro» que tiene una sensibilidad que permite «observar desde México regiones del Universo oscurecidas por el polvo interestelar», según el IAC.