«La apatí­a se mueve a partir de liderazgos más creí­bles»


Patricia Mercado es mexicana y tiene amplia experiencia en el tema de liderazgo y participación polí­tica de las mujeres, desde diversos ámbitos de la sociedad civil.

Ligia Flores
lahora@lahora.com.gt

En 2006, fue candidata a la presidencia de su paí­s. Actualmente trabaja con mujeres lí­deres de la región para hacer crecer la participación de las mujeres en los ámbitos de toma de decisiones.

Recientemente, a petición de la Comisión de la Mujer del Congreso, sostuvo una reunión con diputadas para discutir los temas de interés común para la agenda legislativa de este año.

Uno de los puntos prioritarios es la aprobación de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos, especí­ficamente la creación de cuotas temporales de participación de la mujer, para garantizar, en una primera etapa, la paridad en la participación y toma de decisiones entre hombres y mujeres, como reflejo de la mixtura de la sociedad.

A Continuación y extracto de una conversación que la mexicana sostuvo con este vespertino.

– Pregunta: ¿Cuál es el balance que hace entre las diversas formas de participación ciudadana de las mujeres?

– Respuesta: Cada quien está en su carretera. Tiene sus metas, interés y responde a diferentes lealtades y eso es una realidad, aquí­ y en cualquier parte.

No existe «la mujer», en singular, somos las mujeres indí­genas, rurales, urbanas, jóvenes, viejas; hay muchas diferencias entre nosotras e intereses diversos, ya no digamos, aquellas con diferentes ideologí­as e intereses polí­ticos.

Frente a esa realidad hay necesidad de hacer pactos, no importa de dónde vengamos, para construir una fuerza y lograr avances.

– P: ¿Cuánta disposición observó entre las diputadas y sociedad civil organizada a la propuesta de reforma a la Ley Electoral y de Partidos, para la creación de cuotas?

– R: Creo que hay una madurez entre las mujeres diputadas, en el sentido de que están dispuestas a hablar y a ponerse de acuerdo para construir una agenda común, que no es una carta de Santa Claus, sino dos o tres puntos que beneficiarán a las mujeres.

Hay una visión grande de anteponer los intereses de las mujeres antes que los intereses partidarios.

– P: ¿Por qué la necesidad de crear cuotas de participación temporal para la mujer?

– R: La sociedad tendrí­a que estar dirigida por mujeres y hombres en paridad, porque somos 50 por ciento y 50 por ciento.

Además, la visión de las mujeres hasta ahora ha estado más ligada a la vida cotidiana y la visión de los hombres ha estado puesta en la vida pública, finanzas, tecnologí­a; no en temas necesariamente ligados a los dolores humanos de la gente. Todos esos asuntos deben llevarse a la esfera pública.

Una ley de cuotas tiene que ser temporal, en el sentido de que es un primer paso para que se pueda negociar y convencer a la gente de la importancia de la paridad.

– P: ¿Cómo lograr que la paridad de la participación polí­tica de la mujer sea una convicción de la sociedad y no de grupos de mujeres y hombres con conciencia de género?

– R: La masa crí­tica de mujeres avanza y las nuevas posibilidades de comunicación hacen que las mujeres y hombres jóvenes en Guatemala sepan que las mujeres están llegando y son bien recibidas y gobiernan bien en otros paí­ses como Argentina y Chile.

Eso cambia las condiciones, la cultura y la percepción de lo que se puede hacer. En Guatemala los datos de participación polí­tica de la mujer son deficientes, pero esto no tiene conformes a las mujeres y a muchos hombres, por lo que se tiene que encontrar a esos hombres que no están cómodos y construir alianzas para poder avanzar.

– P: La participación de mujeres jóvenes es escasa en los partidos polí­ticos y en otros espacios de participación, ¿cómo superar la apatí­a que genera el descrédito de las organizaciones polí­ticas tradicionales?

– R: Los partidos polí­ticos están en una crisis de deslegitimidad, la sociedad no cree en ellos y por eso, cuando hay situaciones donde los partidos necesitan nuevos liderazgos para ser más creí­bles, resulta una oportunidad para las mujeres.

Cuando los jóvenes creen en algo, por supuesto que están dispuestos a participar, la búsqueda de nuevos liderazgos a partir de la crisis de los partidos, es una oportunidad para las mujeres. Más que la apatí­a ser una amenaza, es una posibilidad porque se puede movilizar a partir de liderazgos más creí­bles.

– P: En Guatemala la mayorí­a de la población es indí­gena y vive en pobreza, la mayorí­a de mujeres sobreviven en esta realidad ¿Cómo construir esa participación diversa y fortalecida desde los distintos escenarios del paí­s?

– R: Durante los dí­as que trabajé en el paí­s observé grupos de mujeres jóvenes indí­genas tratando de construir ámbitos alternativos de participación.

Ellas discutí­an desde su perspectiva, cómo siendo mujeres desde sus pueblos pueden cambiar la realidad.

Las cosas no son fáciles, pero las diputadas se están comprometiendo a que haya leyes mejores para ellas, que las que están se cumplan y que el dinero se invierta bien en las mujeres.

– P: Las mujeres son violentadas en todos los ámbitos, también en polí­tica…

R: En liderazgo nacional las mujeres polí­ticas tienen ciertas defensas, pero en lo local, la violencia que sufren hace que muchas entren y salgan y no quieran saber nunca de más polí­tica.

Esto es muy difí­cil de enfrentar porque por un lado existe una crí­tica social, familiar, que les genera mucha culpa por estar en esos lugares y por otra la posibilidad que les dejen gobernar como mujeres.

Para las mujeres es difí­cil en todos los sentidos involucrarse, pero es mucho más complejo en lo local, porque es una comunidad más cerrada, se ejerce mayor violencia con mayor impunidad.

Las mujeres de más élite en la polí­tica se mueven mejor, porque ellas concentran el avance que se ha tenido en ese ámbito.