Kubrick, fotógrafo


La exposición

Cientos de fotografí­as realizadas por el célebre cineasta estadounidense Stanley Kubrick (1928-1999) con 17 años revelan la precoz genialidad del maestro del cine del siglo XX, en una muestra inaugurada esta semana en Venecia (norte de Italia). La exposición fue realizada gracias a miles de negativos rescatados del olvido por el estudioso alemán Rainer Crone, profesor de historia del arte en Estados Unidos.


Algunos de los rostros captados por Kubrick en el pleno ajetreo de sus faenas. FOTO LA HORA: AFP VINCENZO PINTOUna visitante observa las fotografí­as. FOTO LA HORA: AFP VINCENZO PINTOKubrick logró capturar muy buenas fotografí­as en movimiento. FOTO LA HORA: AFP VINCENZO PINTO

Las fotos fueron tomadas por el autor de «La Naranja mecánica» para la revista Look cuando tení­a entre 17 y 22 años.

Del pasado reaparece como por arte de magia la pelambre rubia de Mickey, el limpiabotas de Brooklyn, las largas piernas de la diva Betsy Von Fí¼rstemberg y la angustia del domador de circo ante las fieras salvajes.

«Tras muchas peripecias descubrí­ los negativos en la Biblioteca del Congreso de Washington y en el Museo de Nueva York. Estaban en bolsas de plástico cubiertas de polvo», cuenta el estudioso alemán en una charla.

Sobre un total de 20.000 negativos, Crone seleccionó 150, los cuales estampó en tres formatos diferentes (72X72 cm, 40X40 cm, 25X25 cm) para que el público descubra una de las facetas menos conocidas del artista.

Expuestas en el Palacio Cavalli-Franchetti de Venecia hasta el 14 de noviembre, las fotos dejan al descubierto el talento de Kubrick, quien logra captar la esencia de la vida cotidiana en la América de la postguerra (1945-1950), así­ como la epopeya del jazz y la magia del circo.

«Son imágenes de la vitalidad de la cultura estadounidense en un momento clave de su historia, cuando comienza a diferenciarse de aquella dominante de Europa», explica Crone.

Además, «inventó un concepto nuevo de fotografí­a, que consiste en narrar historias con imágenes fijas», comenta el estudioso, quien recuerda que Kubrick se lanzó a la fotografí­a gracias a su padre, quien le regaló la primera cámara fotográfica.

La composición, el uso de la luz, la capacidad para captar el movimiento se van desarrollando simultáneamente a su amor por el cine y a las tardes viendo pelí­culas en las salas de entonces.

Impactan las imágenes de 1947 sobre la jornada de un limpiabotas de doce años, condenado a instalarse con su cajón por la mañana para trabajar ininterrumpidamente.

De esas foto-narraciones nace justamente su primer cortometraje «Day of the Fight» (1951), sobre la vida del boxeador Walter Cartier.

La exposición, organizada paralelamente a la Muestra del Cine de Venecia, pasará luego a Nueva York (Estados Unidos), Lugano (Suiza) y Lisboa (Portugal).

(www.mostrakubrick.it)