Knicks aplastan a los Spurs y les rompen su racha


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En algún momento entre la caída de Stephen Jackson a un costado de la cancha y la espectacular volcada de J.R. Smith, los Spurs de San Antonio se percataron de que esta no era su noche. Demasiada fatiga y mucha, mucha defensa de los Knicks.

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Por BRIAN MAHONEY NUEVA YORK / Agencia AP

Carmelo Anthony anotó 23 puntos, Smith agregó 20 y Nueva York rompió ayer la racha de siete triunfos de San Antonio al recetarle una paliza de 100-83.

Steve Novak agregó 15 unidades y Tyson Chandler tuvo 10 puntos y 14 rebotes para ayudar a los Knicks a reponerse de derrotas consecutivas al dominar en el período final frente a los Spurs, que parecieron quedarse sin energía en su segundo partido en dos noches.

«(San Antonio) estaba con el combustible demasiado bajo y su defensa (de los Knicks) fue demasiado buena», dijo Gregg Popovich, entrenador de los Spurs. «Mala combinación, y luego ellos acertaron canastas, lo cual la hace aún peor».

Tim Duncan y Tony Parker sólo metieron 11 puntos cada uno para San Antonio, que se quedó sin Jackson debido a una lesión inusual y dejó escapar la mayor racha ganadora reciente en la NBA después de que hace unos días los Clippers de Los Ángeles vieron rota la suya de 17 victorias.

Jackson sólo jugó tres minutos antes de que sufriera un esguince en el tobillo derecho cuando hizo un tiro a la canasta, tras lo cual cayó de espaldas sobre una mesera que trabajaba a la orilla de la cancha frente al alcalde Michael Bloomberg.

Smith, que había anotado 25 puntos en sus últimos cuatro partidos como reserva, se lució en su salida con una volcada acrobática en el último período que puso de pie a los aficionados. El pase de globito se lo envió el base argentino de reserva Pablo Prigioni, que tuvo uno de sus partidos más completos desde que llegó a la NBA a los 35 años, al concluir con tres canastas en nueve intentos para un total de seis puntos y nueve asistencias en los 27:19 minutos que participó.

Todo ello significó que los Knicks sólo requirieron un nivel estándar de parte de Anthony, que concluyó con aproximadamente la mitad de los 45 puntos que metió el martes en un partido que perdieron frente a Portland.

«Ese es su plan; tratar de sacarme del juego», dijo Anthony. «Simplemente se trata de que metamos tiros cuando movemos la pelota, y Novak hizo canastas, J.R. mantuvo su racha de buen básquetbol, Pablo ingresó y encabezó a nuestro equipo desde la posición de base. Todo el mundo contribuyó a su manera».

San Antonio, que promedió 111,7 puntos con una efectividad del 53,4% durante su racha ganadora y el miércoles encajó 117 unidades en Milwaukee, sólo encestó el 36% de sus tiros el jueves en su partido con menos puntos esta campaña. Gary Neal encabezó a los Spurs con 12 unidades.

«No fue la primera vez ni será la última», dijo el reserva argentino Manu Ginóbili de los Spurs con relación al desempeño cansado del equipo. «Pero desde luego que tenemos que darles crédito porque hicieron que nada nos fuera fácil; realmente nos obligaron a trabajar».

Ginóbili metió ocho puntos con dos canastas en 10 intentos y los dos tiros libres que cobró en 23:54 minutos, mientras que el brasileño Thiago Splitter aportó siete unidades con un enceste en cuatro lanzamientos al aro y sus cinco tiros libres en una participación de 27:04 minutos.

En otro encuentro, ni siquiera un dedo torcido de su estelar ala pívot podía echar a perder este triunfo de los Timberwolves de Minnesota.

El puertorriqueño José Juan Barea anotó 12 de sus 17 puntos en el último cuarto mientras Kevin Love estaba en la banca con un dedo lesionado, desempeño con el que ayudó a Minnesota a vencer 101-97 a los Nuggets de Denver.

Los Timberwolves jugaron por segunda noche consecutiva, pero no se vieron cansados al propinarle a los Nuggets una inusual derrota como locales.

«Impresionante», dijo Barea. «Hoy llegamos listos».

¿Y los Nuggets? No tanto.

Denver se vio aletargado dos días después de que le rompiera una racha de 17 triunfos a los Clippers de Los Ángeles. Eso le molestó al entrenador George Karl.

«Esta noche dejamos escapar uno», dijo Karl, cuyo equipo tiene ahora foja de 10-2 como local esta temporada. «No fue nuestra defensa. Fue nuestro esfuerzo apático, nuestro sentido de urgencia, como si este partido no significara tanto como el de los Clippers».

El marcador osciló intermitentemente en el último cuarto hasta que Luke Ridnour dio a los Timberwolves la ventaja definitiva con un triple a 2:43 minutos del final. Barea siguió con otra anotación de tres puntos para sellar el triunfo.

«Fue bueno hacer algunas canastas. Hemos estado pasando apuros para meter tiros como equipo», dijo Ridnour. «Se siente bien poder encarrilarse así».

En especial con Love en la banca después de que salió del encuentro en el tercer período por un dedo torcido de la mano derecha. Se fracturó esa mano en octubre, estuvo inactivo nueve juegos de la campaña y desde entonces ha tenido dificultades con sus disparos en el aire.

Love aportó 12 puntos y capturó 17 rebotes en casi 24 minutos. Posteriormente regresó a la banca para darle apoyo a sus compañeros.

«Dijo que podría haber jugado, pero no podía tirar», señaló el entrenador Rick Adelman.

Además de sus 17 puntos, Barea repartió cinco asistencias y capturó cuatro rebotes en 27:17 minutos de juego. Acertó seis de 10 disparos de campo, incluidos dos de tres intentos de tres puntos, y tres de cuatro tiros libres.