Los presidentes Cristina Kirchner y Rafael Correa inauguraron ayer, en Quito, la construcción de la primera hidroeléctrica financiada por Argentina y Ecuador, en una cita en la que la mandataria escuchó atenta la oferta ecuatoriana de crear una nueva OEA sin Estados Unidos.
Durante su primera visita oficial a Quito, Kirchner estrechó la cooperación bilateral a través de la firma de once acuerdos y memorandos, y el lanzamiento del megaproyecto energético Coca-Codo Sinclair, valorado en 1.590 millones de dólares de los cuales Argentina aportará 477 millones de dólares.
«Estamos inaugurando una nueva forma de relacionarnos en Latinoamérica con el proyecto Coca-Codo Sinclair, que convertirá a Ecuador en exportador de energía», afirmó la presidenta, y elogió que dicha diplomacia «pase de los gestos a los hechos».
La obra generará 1.500 megavatios y en su desarrollo intervendrán Enarsa de Argentina y Termopichincha de Ecuador.
Correa aprovechó la visita para presentarle a Kirchner su propuesta de una organización de Estados latinoamericanos, sobre la cual viene insistiendo desde que se agravó la crisis que mantiene rotas las relaciones con Bogotá, a raíz de una incursión colombiana contra las FARC en territorio ecuatoriano.
Argentina se puso del lado de Correa al rechazar la violación de la soberanía ecuatoriana, gesto que volvió a ser destacado por el gobernante en una declaración conjunta.
He «propuesto que se adopten medidas y acciones regionales, encaminadas a crear la Organización de Estados Latinoamericanos, como un foro que fortalezca la presencia política de la región», dijo Correa ante la mirada atenta de Kirchner.
En el documento de 34 puntos, los mandatarios plantearon asimismo una «reforma integral» de las Naciones Unidas (ONU), empezando por el Consejo de Seguridad.
«Los dos presidentes reiteraron la necesidad de buscar un acuerdo general en lo que se refiere a la reforma del Consejo de Seguridad, con el fin de lograr su mayor democratización, plena transparencia, eficacia y responsabilidad», indicó el texto de 34 puntos.
Correa además apoyó a Argentina en cuanto a sus «legítimos derechos de soberanía sobre las islas Malvinas», e instó a Buenos Aires y Londres a reanudar las negociaciones para una solución de la controversia.
En otro punto de la visita, el líder ecuatoriano también compartió sus propuestas sobre una «nueva arquitectura financiera» que, además del Banco del Sur, «articule los bancos centrales latinoamericanos en torno a un Fondo del Sur» y cree una moneda regional.
«Nada impide tener una moneda regional y librarnos también así del sometimiento de utilizar reservas en monedas extranjeras. De esta forma, la moneda común sudamericana, y ojalá latinoamericana, formaría parte fundamental y decisiva de esta integración», acotó.