El senador John Kerry pronunció un discurso partidista como parte de la campaña política para las elecciones de las cámaras estadounidenses, y refiriéndose al tema de la educación, exhortó a la juventud a estudiar para salir avante y no terminar en Irak.
La cosa se le complicó al senador porque sus opositores aprovecharon su desliz acusándolo de estar descalificando al Ejército gringo porque según él, es allí donde terminan aquellos a quienes no les da la cabeza para estudiar.
Yo creo que el S. Kerry no tuvo esa intención, pero sus adversarios políticos, los republicanos, la han aprovechado muy bien y han hecho de ello un escándalo mayor. Sin ir muy lejos, hoy jueves de madrugada llevaron al telenoticiero FOX NEWS a dos madres y un padre cuyos hijos habían muerto en Irak, y quienes enojados y muy dolidos, protestaron por esa injusta referencia que hizo el senador.
Kerry es un adversario personal de Bush y al referirse a Irak quiso referirse, creo yo, a esa tristemente desafortunada acción guerrera que cada día que pasa exacerba la derrota gringa. Referirse a Irak es referirse a Bush, y, el empecinamiento de Bush, es algo que cada día que pasa encuentra más opositores que lo condenen.
Fueron más de 100 los jóvenes soldados gringos que, este recién pasado octubre, murieron en Irak estableciendo un récord como ningún otro mes durante esa inútil guerra, y el pueblo gringo, al tener que aceptar esa realidad no tiene otra sino repudiarla. Kerry mencionó a Irak para desprestigiar a Bush. Ese era el mensaje ulterior de esa su famosa sentencia. Kerry no tuvo la menor intención de desprestigiar al Ejército.
Al senador, que hoy mismo ha de sentirse cucaracha, se le ha exigido que ofrezca las disculpas del caso y aun algunos de sus colegas demócratas así lo han hecho, en vista al daño causado a la campaña política que ahora mismo está que arde. Politiquería.
Creo que el senador Kerry deberá explicar muy claramente el propósito de su mensaje y lamentar el que algunos se hayan sentido ofendidos, especialmente los deudos de los que han muerto en Irak. Creo, sin embargo, que no deberá disculparse por algo que algunos malintencionados lo malinterpretaron.
«Nunca tuve la intención de descalificar a los miembros de nuestro Ejército, lo que traté fue de descalificar esa guerra cruel que nos desacredita y que el presidente Bush ha provocado en Irak; un lugar a donde, insisto, deberían ser enviados aquellos que merecen severo castigo. Es injusto para nuestros buenos soldados ser enviados a ese caos. Por eso, jóvenes gringos, estudien, ilústrense, para que así no los manden a ese infierno». Esa, y solamente esa, debería ser la explicación que el senador Kerry deberá ofrecer. Sus correligionarios demócratas deberían apoyarlo, y en ese sentido, alguien como el ex presidente Clinton, hábil orador, debería salir en su defensa, y en defensa del Ejército gringo y en repudio a la guerra en Irak. Me pregunto cuántos serán los soldados que van a ese siniestro lugar motivados por un sincero patriotismo. Precisa dar término a esa injusta guerra y que los soldados gringos vuelvan a sus hogares.
Aquí en Guatemala a un oficial del Ejército se le puede remitir como una promoción, de Agregado Militar a la Embajada en España o como un castigo al destacamento militar en Camotán. Si acaso en un discurso político, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas í“scar Berger exhorta a los cadetes a ser estudiosos para que no vayan a parar a Camotán, no está con ello, desprestigiando al Ejército.