Los dos principales candidatos a la elección presidencial en Afganistán, el saliente Hamid Karzai y su ex ministro Abdulá Abdulá, afirmaron hoy encabezar el resultado de la votación de la víspera, pero la Comisión Electoral se negó a confirmar una u otra victoria.
Un día después de los comicios presidenciales y provinciales, la comisión anunció que el recuento de votos había terminado en las circunscripciones pero esperaba todavía la llegada a Kabul de las papeletas, por lo que era demasiado pronto para proclamar un resultado.
Su portavoz, Zekria Barakzaí¯, anunció durante la mañana de hoy que la participación podía rondar el 40 o 50%, si bien las cifras definitivas no se conocerán hasta dentro de unos días.
«La participación no fue la misma en el norte, en el sur y en el centro del país, pero es bastante satisfactoria», añadió.
Casi al mismo tiempo, el director de campaña del presidente Karzai afirmaba que su candidato había ganado las elecciones en la primera vuelta, según las cifras aportadas por sus observadores sobre el terreno.
«Según la información que tenemos hasta ahora, podemos decir que no será necesaria una segunda vuelta. Estamos a la cabeza», declaró Din Mohammad, director de la campaña de Karzai.
Por su parte, también a la misma hora, el equipo del ex ministro de Relaciones Exteriores Abdulá Abdulá replicaba que su candidato había vencido holgadamente, basándose en resultados parciales.
«Los resultados que hemos recibido de nuestros observadores nos dicen que tenemos el 63% de los votos y que Karzai tiene el 31%, dijo por teléfono Sayed Aqa Fazil Sancharaki, portavoz de la campaña de Abdulá Abdulá.
«No son resultados definitivos. Seguimos recibiendo resultados de nuestros agentes sobre el terreno. Tal vez los tendremos todos mañana», añadió.
Zekria Barakzai, portavoz de la Comisión Electoral, rechazó confirmar los anuncios de los candidatos.
«No podemos confirmar esta declaración», dijo.
«La tarea de esta comisión es anunciar los resultados y vamos a esperar a tener las hojas de resultados», añadió, al tiempo que pedía «paciencia» a los candidatos.
Adrian Edwards, portavoz de la misión de la ONU en Afganistán, muy implicado en la organización de las elecciones, también pidió paciencia.
«No hay resultados hasta que la Comisión electoral no los haya anunciado. El resto es todo especulación», dijo.
Según un sondeo publicado antes de las elecciones por el Instituto Republicano Internacional, de Estados Unidos, Karzai saldría vencedor con el 44% de los votos, contra el 26% de Abdulá.
Las elecciones presidenciales afganas, las segundas de la turbulenta historia de este país, y las regionales se dieron por cerradas a las cinco y media de la mañana (hora de Guatemala), y por la noche la comisión electoral anunció que el 95% de los colegios electorales habían podido abrir.
El recuento se llevó a cabo inmediatamente después del cierre de los colegios electorales y se alargó hasta altas horas de la noche.
Los talibanes habían llamado al boicot de las elecciones por lo que consideran una «farsa orquestada por Estados Unidos» y juraron atacar los colegios electorales.
Aunque el baño de sangre que temían las autoridades no se cumplió, la Comisión Electoral anunció hoy que los insurgentes talibanes mataron a 11 trabajadores relacionados con las elecciones.
«Desafortunadamente tenemos informaciones de que 11 trabajadores de la comisión comprometidos con unas elecciones transparentes y exitosas en el país han sido asesinados desde el inicio de los preparativos hasta ayer», dijo.
Los observadores electorales temen una fuerte abstención, lo que minaría la credibilidad de los comicios, ya manchados por las acusaciones de fraude y de irregularidades diversas, sobre las que las autoridades electorales prometieron investigar, caso por caso.
El equipo de Abdulá interpuso «30 demandas muy precisas» ante la Comisión electoral.
Dos soldados británicos murieron en una explosión en Afganistán el día de las elecciones, en un incidente sin relación con la votación, anunció hoy el ministerio de Defensa (MoD) en un comunicado difundido en Londres.
Los dos soldados fallecieron ayer como consecuencia de una explosión durante «una patrulla rutinaria a pie sin conexión con la seguridad electoral» cerca de Sangin, al norte de la violenta provincia de Helmand (sur de Afganistán), precisó el comunicado del MoD.
Su muerte eleva a 206 los militares británicos muertos en este conflicto desde que en 2001 comenzó la operación militar liderada por Estados Unidos.
Las bajas registradas en agosto se elevan ya a 15 y se suman a las 22 de julio, el mes más mortífero para las tropas británicas en estos ocho años.
El aumento del número de muertos ha sido atribuido a las dos operaciones lanzadas por las fuerzas de la OTAN desde finales de junio en los bastiones talibanes del sur del país para tratar de pacificar la región antes de los comicios.
La operación británica «Garra de Pantera», en la que participan unos 3 mil soldados británicos, fue lanzada el 23 de junio para expulsar a los talibanes del norte de la provincia de Helmand. Los estadounidenses llevan por su parte a cabo desde el 2 julio otra ofensiva importante, la operación «Puñal» en el sur de la provincia.
Paralelamente, el gobierno británico ha sido criticado este verano por la falta de equipos en Afganistán, así como de una orientación clara de la misión destinada inicialmente a combatir el terrorismo internacional y que ahora se dedica a luchar contra el narcotráfico y la insurrección.
Muchas de las críticas se centran en la escasez de helicópteros en el terreno, lo que obliga a los soldados a desplazarse a pie o en vehículos vulnerables a los artefactos explosivos rudimentarios colocados por los talibanes en las carreteras
Afganistán celebró ayer comicios presidenciales y provinciales, que se llevaron a cabo con menos violencia de la que se temía a pesar de las amenazas de los talibanes.