Karzai exige control de prisión


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El presidente Hamid Karzai exigió hoy que el centro estadounidense de detención en la base aérea de Bagram sea entregado a Afganistán en un mes, junto con todos los afganos detenidos por las tropas de la coalición en el paí­s.

Por SLOBODAN LEKIC KABUL / Agencia AP

Mantener encarcelados a ciudadanos afganos sin un juicio viola la constitución, así­ como los convenios internacionales sobre derechos humanos, afirmó un comunicado presidencial.

La prisión, ubicada dentro de la amplia base estadounidense en Bagram al norte de Kabul, es adyacente a un conocido centro público de detención llamado Parwan, operado en forma conjunta por las autoridades afganas y las fuerzas armadas de Estados Unidos.

Se desconoce cuántos detenidos de alto perfil están en las instalaciones estadounidenses. Grupos defensores de los derechos humanos han argumentado que los detenidos fueron amenazados, obligados a desnudarse y mantenidos en confinamiento solitario en celdas sin ventanas.

Karzai giró instrucciones a una comisión formada por los ministros de Defensa, del Interior y de Justicia, así­ como a otras altas autoridades gubernamentales y judiciales, para «que completen su trabajo relacionado con la entrega de la prisión (de Bagram) y otros prisioneros detenidos por fuerzas extranjeras», afirmó un comunicado de la oficina presidencial.

«El trabajo deberá estar listo en un mes», agregó.

La coalición de la OTAN encabezada por Estados Unidos está entregando gradualmente la responsabilidad de la seguridad a la Policí­a y el Ejército afganos. Se planea que el proceso sea concluido en 2014, cuando se espera que la mayorí­a de las tropas extranjeras se retiren de Afganistán.

Por otra parte, un funcionario afgano murió rumbo a una mezquita en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, en el ataque más reciente donde muere un empleado gubernamental mientras el Talibán busca socavar la seguridad, dijeron las autoridades.

La oficina del gobernador provincial informó el jueves que Haji Fazel Mohamad fue muerto a tiros mientras se dirigí­a a las oraciones del miércoles por la tarde. El agresor huyó.

Mohamad laboró en el gobierno municipal del distrito de Sangin, un centro de tránsito clave atacado frecuentemente por insurgentes desde que las fuerzas de Estados Unidos y Afganistán retomaron el control hace dos años.

El Talibán ha realizado una amplia campaña de asesinatos contra personajes polí­ticos de la región durante los últimos años. Los insurgentes buscan mermar la confianza y desalentar a los residentes de trabajar en el gobierno.