Kant y el principio de identidad


Romeo Muñoz Cruz

Emmanuel Kant fue un joven que creció en un mundo de limitaciones especialmente económicas. Su profesor a nivel de educación media, Martí­n Knutzen, le permitió total acceso a su bien dotada biblioteca personal, y el joven Kant seleccionó como sus campos favoritos del conocimiento a la Filosofí­a, Matemática y Ciencias Naturales. No obstante su juventud, no se sabe que Kant hubiese tenido vida amorosa de ningún tipo, fue muy apartado de fiestas y celebraciones. Su vida estuvo totalmente dedicada, quizá con caracterí­stica de asceta, al cultivo del espí­ritu, absoluta dedicación al estudio.


A los 46 años (1770) Kant dio su primera disertación, la «Dissertatio», fue el preludio de lo que serí­a su genialidad, «una ponencia que defendió enteramente en latí­n», con la que obtuvo el grado académico de doctor. Era profesor de Lógica y Metafí­sica en la Universidad de Kí¶nigsberg, como ya dijimos, Kí¶nigsberg era una ciudad de segundo orden, poco a poco Kant iba ganando admiradores en los cí­rculos académicos, que incluyó al Barón de Zedlitz, ministro de Asuntos Eclesiásticos y Culturales, algo así­ como el Ministro de Cultura bajo el Gobierno de Federico el Grande. El Barón Zedlitz se declaraba públicamente alumno de Kant. El filósofo ganaba 236 taleros mensuales, aproximadamente 130 dólares americanos, el Barón Zedlitz insistí­a a Kant para que pasara a la Universidad de Halle como catedrático, con el salario de 800 taleros… pero como ya lo dijimos, Kant amaba su casa paterna, las calles por donde caminaba todas las tardes y no accedió ni por la triplicación de su salario. Recibí­a invitaciones de varias universidades pero el filósofo era fiel a su ciudad. Actualmente existe en Kí¶nigsberg una calle dedicada a Enmanuel Kant, denominada «Calle del Filósofo», la gente miraba a Kant y decí­a: «ya son las cinco de la tarde», la hora exacta en que el filósofo sin falta, tomaba su cotidiano paseo por esa misma calle… Kant agradeció su aprecio al Barón Zedlitz dedicándole la obra que ya hemos mencionado aquí­, Crí­tica de la Razón Pura, la más popular de sus obras.

Hasta ahora hemos dicho que realidad es la interpretación del mundo externo desde nuestra perspectiva, y que existencia es la interpretación del mundo interno desde nuestra í­ntima perspectiva. Que el proceso de conocimiento de la versión del Universo y nuestra propia vida que todos hacemos tiene dos fases, la percepción que Kant expone como Estética Trascendental, y la apercepción que Kant expone como la Analí­tica Trascendental. Dijimos que la Metafí­sica es el conocimiento que va más allá de la fí­sica, de la materia. Y que desde Kant, la Metafí­sica tiene el objetivo de encontrar un método cientí­fico a través del lenguaje para convertirse en la ciencia de las ciencias. Todo lo subjetivo que es el conocimiento del Universo puede tener valor objetivo con un lenguaje cientí­fico. Hay un conocimiento que es el conocimiento puro, el que transmite la esencia de las cosas y este es el que inmediatamente pasamos a exponer.

La principal función del lenguaje es la transmisión de conocimientos, hay un emisor y otro receptor. Eso es comunicación, como esperamos que lo sea este texto.

Como ya vimos, hay un principio del SER -todo ES- cuando nos comunicamos estamos diciendo de una o «mil formas» que «algo es algo», estamos describiendo alguna cosa, luego estamos usando el principio de IDENTIDAD, estamos diciendo que «algo es o no es, o se parece o no se parece a algo» y al mismo tiempo estamos usando el principio de UNIDAD Y CONTRADICCIí“N, porque al decir «que algo es algo» estamos diciendo que tiene una unidad de concepto y que no puede ser dos cosas contrarias al mismo tiempo. Un ejemplo: «La manzana es roja» estamos utilizando los cuatro principios: ser, identidad, unidad y contradicción.

Primero tuve la idea de una manzana que es roja y para transmití­rselas a ustedes recurro a un juicio, los juicios expresan ideas y están compuestos básicamente de un SUJETO que es de lo que se habla y de un OBJETO o predicado que es lo que se dice.

Apuntar SUJETO a la izquierda, es el que conoce y a la derecha de la hoja OBJETO que es lo conocido, unirlos con una flecha que va de sujeto a objeto de izquierda a derecha. Este es el esquema básico de la Teorí­a del Conocimiento.

Los subjetivistas consideran que el conocimiento depende del sujeto, todo conocimiento, real o de existencia como le hemos llamado aquí­, está en el sujeto. Y los objetivistas consideran que el conocimiento depende del objeto, todo conocimiento, real o de existencia está en el objeto, de su presencia que influye en el sujeto, son los materialistas y en este caso el vector, la flecha viene del objeto hacia el sujeto, es un vector que parte para los objetivistas del objeto y va hacia el sujeto, de derecha hacia la izquierda.

Tengamos presente que los juicios son las expresiones de las ideas y que tienen un sujeto y tienen un objeto o predicado.