Kamikazes talibanes atacaron hoy la representación de la ONU en Herat, en el oeste de Afganistán, sin causar víctimas entre los empleados de este organismo, según un portavoz de Naciones Unidas en esta localidad afgana y la policía local.
Según el número dos de la policía de Herat, Delawar Shah Delawar, cuatro kamikazes que vestían uniformes policiales atacaron la oficina de la ONU, situada en la carretera que lleva al aeropuerto.
«En total, cuatro atacantes resultaron muertos. Un primero lanzó su vehículo atestado de explosivos contra la puerta de entrada, mientras un segundo fue abatido en el exterior de la oficina. Otros dos resultaron muertos en el interior» de la delegación de la ONU.
Ningún policía o empleado de la ONU resultó herido. «Registramos la casa para estar seguros de que no hay atacantes escondidos en ella», dijo el responsable de la policía.
Henri Burgard, un portavoz de la ONU en Herat, que se encontraba en la ciudad aunque no en la oficina atacada en el momento de los hechos, confirmó el ataque y dijo que no había ni muertos ni heridos. «Nuestros empleados se encuentran en el búnker», declaró.
«Quedan todavía dos o tres atacantes por encontrar», recalcó Burgard por teléfono.
Según el portavoz, una veintena de personas, empleados internacionales, chóferes y guardas, se encontraban en la oficina en el momento del ataque.
Un periodista en Herat oyó una explosión y disparos de armas ligeras, y pudo ver la puerta de la oficina destrozada y los restos de un coche en el lugar.
La delegación de la ONU se encuentra a ocho kilómetros del centro de Herat, en la carretera que lleva al aeropuerto.
Un portavoz de los talibanes, Yusuf Ahmadi, reivindicó el ataque y afirmó que en él habían muerto empleados de la ONU. Los talibanes acostumbran a exagerar su balance cuando reivindican una operación.
Herat, segunda ciudad del país situada cerca de Irán, no suele ser escenario de actos violentos, aunque la situación se ha deteriorado en los últimos meses. En enero, se lanzaron cohetes sobre el consulado de Estados Unidos en Herat, sin causar víctimas. Los cohetes tenían como blanco un antiguo hotel de lujo comprado por Estados Unidos para convertirlo en su nuevo consulado. El edificio se encontraba en plena remodelación y todavía no albergaba personal consular estadounidense.
A finales de octubre de 2009, al menos cinco empleados de la ONU fallecieron por el ataque de tres kamikazes a un hotel en Kabul que se saldó con ocho muertos. Todos los atacantes murieron. Los talibanes reivindicaron el ataque, del que las autoridades también acusan a Al Qaeda.
Tras el ataque, la ONU había anunciado la evacuación temporal de más de la mitad de sus expatriados en Afganistán.