Kaká, la estrella de la selección mundialista brasileña, aprovechó hoy la tarde libre concedida al plantel para pasear y jugar al golf en campos de un exclusivo club de Johannesburgo, acompañado por otros dos compañeros.
Después del entrenamiento matinal, el volante ofensivo del Real Madrid prefirió aprovechar la tarde libre concedida al plantel por el técnico Dunga para quedarse en el hotel The Fairway, en Randburgo (norte de Johannesburgo), y pasear en un carro eléctrico por los campos del aledaño club de golf Randpark.
Kaká salió del hotel junto al arquero Julio César -que ya tenía afición por esta práctica- en un carro y portando dos conjuntos de tacos de golf, acompañados en otro vehículo por el mediocampista Julio Baptista.
De esta forma se adentraron en los campos del complejo, bajo la mirada de fotógrafos y cámaras de diversos medios locales y extranjeros.
Mientras los brasileños se relajaban, decenas de apasionados sudafricanos blancos ocupaban los salones y la terraza del club de golf para ver en directo la final del torneo internacional Super 14 de rugby entre los locales Bulls y Stormers, bebiendo cerveza o comiendo carnes asadas.
Otros jugadores prefirieron salir de compras en centros comerciales de áreas comerciales residenciales.
Los brasileños tuvieron el sábado un entrenamiento exigente en un colegio secundario de Randburgo, en el que por primera vez realizaron jugadas de definición ante el arco y el DT Dunga hizo trabajar a sus dirigidos divididos en grupos según su función.
Participaron sin exhibir molestias y con dedicación plena, Kaká y el artillero Luis Fabiano, quienes vienen de dejar atrás molestas lesiones musculares.