Justifica medidas contra la «guerra de las monedas»


El canciller brasileño Celso Amorim justificó hoy las medidas que ha tomado su paí­s contra la denominada «guerra de las monedas», en declaraciones al margen de un coloquio organizado por la ONU.


«Hubo un aspecto positivo en la reunión (del G20 de Seúl del 11 y 12 de noviembre pasados) que es reconocer que los paí­ses tienen el derecho de tomar medidas, como las que estamos tomando nosotros, para evitar los daños de la guerra de las monedas», declaró Amorim a la prensa, tras intervenir en la «Expo Desarrollo Global Sur Sur», que se inició hoy en Ginebra.

De esta manera, Amorim pareció justificar el aumento del 4 al 6% del impuesto a la entrada de capitales extranjeros en Brasil dispuesto el mes pasado por el actual gobierno de Lula da Silva.

Con esta decisión, Brasil busca contener la excesiva valorización del real ante el dólar, cuya depreciación es una de las causas de la «guerra de las monedas» provocada para muchos por la baja cotización del yuan chino.

«Hay una recomendación quizás un poco indirecta (del G20 de potencias industrializadas y emergentes) para que también no solamente el aspecto de la devaluación, sino las polí­tica macroeconómicas, incluso las polí­ticas monetarias, no causen problemas de devaluación competitiva», añadió el ministro.

«La gente suele acusar mucho a China, pero también se olvida que cuando un paí­s que posee la moneda que es reserva de valor en todo el mundo hace una polí­tica monetaria muy liberal, eso también crea problemas en el equilibrio monetario, con reflejos posibles incluso en la balanza comercial», dijo Amorim refiriéndose implí­citamente a los Estados Unidos.

«Uno no puede olvidar incluso que hoy el superávit más grande que Estados Unidos tiene en todo el mundo es con Brasil», subrayó.

En cuanto a la crisis financiera que atraviesa Europa, y que la ví­spera tuvo un nuevo capí­tulo con el rescate acordado a Irlanda por parte de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Amorim estimó que «hubo mucha especulación basada en fundamentos concretos muy frágiles».

«No voy a comentar la situación de uno u otro paí­s, pero es obvio que hubo una apuesta financiera que estaba totalmente desproporcionada a lo que pasaba en la realidad», explicó.