«Copiar lo que hicieron los países ricos para hacerse ricos, y no lo que hacen cuando ya son ricos». Friedman
Recientemente leía un interesantísimo informe preparado para el Banco Mundial por dos expertos latinoamericanos titulado Reforma Tributaria y Desarrollo Humano, informe que centraba su análisis en Centroamérica. No pretenderé generar un análisis de este complejo documento en esta modesta columna, lo que si pretendo es llamar la atención en torno a temas significativos del documento que me permito evidenciar y que sin duda pueden trascender la esfera del ámbito de la región y a lo mejor ubicarnos en otros contextos con variables similares.
Como punto de partida sería conveniente analizar, para en adelante redefinir un concepto importante y que en el documento evidencia constantemente, el tamaño del Estado. Posteriormente, a la luz de este documento se hace imperativo repensar sobre la disparidad entre recaudación tributaria y los gastos públicos y totales en educación y salud, reflexionar sobre un elemento que podría pasar desapercibido en el análisis económico pero no en el político, los niveles de insatisfacción ciudadana (que incluye la priorización del gasto y la transparencia) y finalmente detenerse a analizar la modernización en los sistemas de recaudación tributaria que entre otros deben combatir la evasión y la elusión y que permitan la ampliación en la base tributaria.
Antes de continuar valdría la pena tomar en consideración algunos elementos que en el contexto internacional prevalecen, primordialmente en la coyuntura actual, como he venido sosteniendo en esta columna, la economía mundial se aproxima inexorablemente a una inflación que sin duda hará variar los patrones de consumo y que habrá de desembocar en nuevas teorías económicas ¿Cómo administrarnos en épocas de crisis?, ante esta inquietud los procesos de reforma tributaria tendrán que tener en cuenta no solamente las realidades nacionales sino el entorno internacional que se mide en función de la estabilidad macroeconómica. Así mismo habrá que considerarse los procesos paulatinos de desgravación arancelaria y la eliminación de los subsidios entre otros.
Habiendo lanzado todas estas premisas habrá que recordar finalmente que la región centroamericana observa en promedio un 13 por ciento del PIB en recaudación tributaria lo cual resulta evidentemente insuficiente para satisfacer las demandas de una población que no solamente demanda servicios sino calidad de vida y oportunidades. Ante la polémica que puede generar cualquier reforma fiscal surge una polémica válida que pasa por el financiamiento del gasto público, sea por recaudación, sea por deuda.
Como podrán constatar, con el solo hecho de verter los enunciados para un análisis exhaustivo, tenemos para iniciar un autentico debate que nos podría llevar horas y horas de análisis. Ese es quizás en esencia el sentido de esta columna, interesarlos en el análisis, involucrarlos en el diálogo, promoverlos en la investigación que nos permita abandonar la crítica innecesaria para dimensionar que uno de los primeros pasos que hay que tener en consideración para la consolidación de un desarrollo es la justicia tributaria.
En los años que viví en Israel aprendí una lección interesantísima, mi buen amigo Luis Bedrax me decía, «Carlos, ¿a quién le gusta pagar más?, lamentablemente esta es la única forma que tenemos de ayudar a nuestro Estado y es el único Estado que tenemos, si lo perdemos no tenemos otra oportunidad, la historia no se repetirá.» La clase media israelí es la que paga la carga tributaria más alta del mundo, un 16% más que el ciudadano europeo. Chile en América Latina a lo mejor es un modelo que habría que seguirle la pista, su estructura tributaria ha sido considerada favorable al crecimiento económico únicamente comparada con realidades como la de Hong Kong y Singapur.
Mas allá del simplismo que establece copiar recetas para el desarrollo, los Estados que buscan su propio desarrollo habrán de trazar su hoja de ruta basada en sus realidades domésticas sin descuidar el entorno internacional y el espectro de la inflación mundial que golpea ya la economía mundial. Surge una interrogante precisa ¿Cuándo es el mejor momento?, hay quienes sostienen que las reformas fiscales, que son integrales y que abarcan el tema tributario y de presupuesto entre otras deben ser abordadas en periodos de estabilidad macroeconómica, surge otra pregunta interesante, entonces ¿Por qué no se abordó antes?
Politólogo con orientación en Relaciones Internacionales y estudios de postgrado en Política y Derecho Internacional.