La justicia libia examina hoy en última instancia el caso de las enfermeras y del médico búlgaros condenados a muerte, tras anunciarse el pago de las indemnizaciones a las familias de los niños libios contaminados con el virus del sida, que podría librar a los acusados de la pena máxima.
«Las familias han recibido sus cheques durante la noche (del lunes al martes) y esta mañana empezaron a sacar el dinero de los bancos», dijo a la AFP el portavoz de las familias, Idriss Lagha.
Cada víctima tuvo derecho a un millón de dólares, agregó Lagha.
El Consejo Superior de las Instancias Judiciales libias, que depende directamente del ministro de Justicia, examinará el caso durante la jornada del martes.
El examen estaba previsto inicialmente en el marco de una «sesión ordinaria» el lunes.
Pero según fuentes conocedoras del caso, el Consejo retrasó la deliberación a la espera de un documento firmado por las familias de los niños enfermos, en el que éstas debían expresar la aceptación de una indemnización a cambio de renunciar a la pena de muerte.
El Consejo tiene poder para modificar o incluso anular el veredicto de la Corte Suprema, que el pasado miércoles confirmó la condena a muerte de las enfermeras y el médico, acusados de haber inoculado el virus del sida a 438 niños en Benghazi, la segunda ciudad de Libia.
De los niños contaminados, 56 de ellos ya han muerto.
«El proceso debería terminar el martes», precisó, refiriéndose a las indemnizaciones, la Fundación Kadhafi, que condujo las negociaciones con las familias.
La Fundación, presidida por el hijo del dirigente libio Muamar Kadhafi, Seif al Islam Kadhafi, añadió que el dinero procedía del Fondo Especial de Ayuda de Benghazi, creado en 2005 por Libia y Bulgaria, bajo la égida de la Unión Europea.
En Bruselas, la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, dijo que espera un «desenlace positivo, si es posible», el martes.
Las enfermeras Kristiana Valcheva, Nassia Nenova, Valia Cherveniachka, Valentina Siropoulo y Snejana Dimitrova, así como el médico Achraf Jumaa Hajuj, un palestino que recibió recientemente la nacionalidad búlgara, defienden su inocencia, y aseguran que fueron torturados a la hora de declarar.
Los seis acusados han recibido el apoyo de dos de los principales investigadores del virus, el francés Luc Montagnier y el italiano Vittorio Colizzi, quienes estiman que la infección de los niños se debe a las malas condiciones higiénicas del hospital de Benghazi.
Los acusados habían presentado el pasado fin de semana una «petición de perdón y clemencia» al Consejo Superior de Instancias Judiciales.
El abogado libio de las enfermeras, Othman Al Bizanti, precisó que los seis detenidos rubricaron además «un compromiso para garantizar que no presentarán ninguna demanda contra el Estado libio» por los ocho años pasados en la cárcel.
El Consejo podría tener en cuenta todos estos documentos en su deliberación del martes.