Los familiares de Julio Fausto nos sentimos profundamente agradecidos, más no sorprendidos, por todas aquellas muestras de preocupación sobre su enfermedad y situación personal. Por diferentes medios, incluida una cadena de correo electrónico, nos hemos enterado de las diversas expresiones de quienes lo han conocido personalmente, y de quienes reconocen el aporte y la herencia literaria que a este país ha dejado. Si alguien ha amado y traducido ese amor revolucionario en letras nacionales, sin duda alguna, esa persona se llama Julio Fausto Aguilera.
Julio Fausto ha padecido desde hace muchos años una serie de dolencias que durante su vida lo han postrado en cama y encierro. El cuadro clínico que presenta actualmente le impide conversar, movilizarse y valerse por sí mismo. Es indispensable brindarle una atención personalizada permanente, y precisamente por ello, es que se buscó donde lo atendieran adecuadamente. Desde 1984 año en que Julio Fausto enviudó, Josefina Aguilera, su hermana, se ha hecho cargo de todos sus problemas, enfermedades y necesidades, dándole seguimiento permanente, visitándolo más de una vez a la semana y resolviéndole todas sus necesidades. Julio Fausto no está solo. Tiene amigos, amigas y familia que lo acompañan.
Como familia estamos iniciando un proceso para solicitar una vez más una pensión vitalicia para el poeta, que incluya un reconocimiento del Estado de su obra como patrimonio nacional. Coincidentemente, otros amigos y amigas han iniciado también un proceso similar. Nos interesa además, valorar su obra y su vida Para quienes deseen aunar esfuerzos y para quienes quieran conocer de primera mano la situación real de Julio Fausto pueden comunicarse con su hermana, Josefina Aguilera al 52104009 y/o Secil Oswaldo de León, sobrino al 52970982.