El ex líder político de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic trata de convertir su juicio en un palco político involucrando a los gobiernos occidentales, a los que hoy acusó de haberle prometido que no sería juzgado por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.
«En 1996, en nombre de Estados Unidos, Richard Holbrooke (el negociador estadounidense) hizo una oferta a los ministros y hombres de Estado que eran mis representantes autorizados (…) comprometiéndose a que yo no sería juzgado por este Tribunal», señaló Karadzic en una moción escrita difundida hoy por el TPI.
Ese documento es, al parecer, la declaración que tenía intención de haber leído ayer, en su primera comparecencia ante el tribunal de La Haya, antes de que se lo impidiera el juez Alphons Orie por considerar que los posibles acuerdos con Holbrooke no eran el objeto de la audiencia.
En la moción, Karadzic también reiteró su acusación de que el negociador estadounidense, «incapaz de cumplir sus compromisos tomados en nombre de Estados Unidos, pasó al plan B: la eliminación de Radovan Karadzic».
Según los expertos, el serbobosnio usa la misma táctica ya empleada en su juicio por el fallecido líder serbio, Slobodan Milosevic: convertir el banquillo de acusado de genocidio en un palco político, avergonzando a las potencias occidentales con esas ambigí¼edades que le permitieron librarse de la captura durante más de una década.
«Sólo puedo imaginar que su defensa será política», declaró Pierre Hazan, autor de un reconocido libro sobre el TPI, al subrayar que «no puede defenderse a sí mismo a nivel judicial».
Karadzic empezó ya a preparar el terreno cuando en su primera comparecencia declaró haber llegado a un acuerdo secreto con Holbrooke al final de la guerra de Bosnia (1992-1995) para desaparecer de la escena política.
La existencia de ese acuerdo fue negada posteriormente por Holbrooke -arquitecto del acuerdo de paz de Dayton que puso fin a la guerra de Bosnia- en una entrevista con la CNN.
Sin embargo, Florence Hartmann, ex portavoz y consejera de la ex fiscal del TPI Carla del Ponte, señaló que Karadzic ha dejado claro que tiene «cosas que decir» sobre las promesas hechas por los países occidentales en las negociaciones de paz.
«La familia (de Karadzic) siempre ha dicho que tiene pruebas (del acuerdo secreto), aseguró.
Según Hartmann, muchas voces aseguran que Holbrooke prometió a Karadzic no entregarlo al TPI a cambio de su salida de la escena pública.
Esto podría explicar cómo, pese al mandato de arresto por genocidio datado de 1995, el ex líder serbobosnio pudo vivir abierta y libremente hasta 1997 en Pale, la capital de la autoproclamada República Serbia de Bosnia.
«Los soldados de la OTAN no lo arrestaban cuando pasaba ante sus ojos para ir de su casa a su oficina», subrayó Hartmann.
Holbrooke reconoció que no haber arrestado a Karadzic fue un «terrible error».
Para Hazan, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, los países involucrados en el logro de la paz, temían crear más inestabilidad arrestando a Karadzic y además querían evitar las bajas entre sus tropas.
Pero según el escritor, los países occidentales no tienen nada que temer de las «revelaciones» del serbobosnio.
«No hubo un acuerdo secreto. Pero lo que es cierto es que no hubo una real intención de detenerlo», resumió.
Según Jann Kleffner, un profesor de derecho internacional de la universidad de Amsterdam, Karadzic pasará mucho tiempo hablando de ese presunto «acuerdo».
«Al menos que no pueda probarlo (…), no será útil para el tribunal y así, Karadzic convertirá esto en un juicio político», concordó.
Para Kleffner, «trata de salvar su honor. Probablemente no tiene mucho que ganar en este juicio. Lo hace por cierta audiencia serbia. Quiere mostrar lo injusto que es esto y se presenta a sí mismo como un hombre que hizo la paz».
Karadzic ya declaró su intención de defenderse a sí mismo en su juicio, que podría durar varios meses.
Los expertos concordaron que, como en el caso de Milosevic -cuyo juicio por el TPI terminó a raíz de su muerte, cuatro años después, en marzo de 2006- Karadzic buscará llamar como testigos a personajes como Holbrooke y a los presidentes estadounidense, francés y británico de la época.
El ex líder político de los serbios de Bosnia Radovan Karadzic acusó al negociador estadounidense Richard Holbrooke de haber querido liquidarlo, en un documento difundido hoy por el Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia.
«Incapaz de cumplir sus compromisos a nombre de Estados Unidos, él ( Holbrooke) pasó al plan B: la liquidación de Radovan Karadzic», dijo el acusado en el documento.
El ex jefe político afirmó además que Holbrooke le prometió que no sería «juzgado por el Tribunal Penal Internacional (TPI)» para la ex Yugoslavia, dijo en una moción escrita difundida hoy.
«En 1996, a nombre de Estados Unidos, Richard Holbrooke hizo una oferta a los ministros y hombres de Estado que eran mis representantes autorizados (…) comprometiéndose a nombre de Estados Unidos a que jo no sería juzgado por este Tribunal» (el TPI), dijo Radovan Karadzic en su documento.
Se trata al parecer de la declaración escrita que el acusado tenía la intención de leer en su presentación inicial ayer, lo que el juez Alphons Orie impidió.