Juicio a Mubarak


El expresidente egipcio Hosni Mubarak y dos sus hijos serán juzgados el 3 de agosto, informó hoy la agencia noticiosa estatal.

EL CAIRO Agencia AP

Mubarak renunció el 11 de febrero y transfirió el poder a las fuerzas armadas después de una rebelión popular de 18 dí­as. Al menos 846 manifestantes murieron, de acuerdo con una investigación del gobierno.

El ex presidente permanece bajo custodia desde el mes pasado en un hospital en Sharm el-Sheij, una comunidad turí­stica del Mar Rojo. Sus dos hijos están detenidos en una prisión del Cairo.

Mubarak será juzgado bajo cargos de corrupción y de matar intencionalmente a manifestantes durante el levantamiento de 18 dí­as que lo derrocó el 11 de febrero, precisó un funcionario de la corte citado por la Agencia de Noticias de Medio Oriente.

La decisión fue anunciada mientras el paí­s sigue estremecido por manifestaciones y exigencias de justicia.

La fiscalí­a general habí­a informado previamente que el derrocado lí­der de 83 años y sus dos hijos también enfrentarán cargos de abuso de poder con el fin de acumular una fortuna, enriquecer a sus socios y aceptar sobornos,

Los cargos relacionados con la muerte de los manifestantes a manos de las fuerzas de seguridad podrí­an resultar en la pena de muerte para Mubarak, dijo previamente Adel el-Said, vocero de la fiscalí­a.

Enjuiciar a Mubarak es una de la exigencias principales de muchos egipcios que han realizados protestas para pedir que el lí­der derrocado y sus ayudantes enfrenten la justicia. Un socio cercano a Mubarak, Hussein Salem, también enfrenta cargos pero está prófugo.

El ex jefe de seguridad del gobierno y cuatro ayudantes de Mubarak ya son enjuiciados por la muerte de los manifestantes.

EL viernes pasado, miles de personas regresaron a la plaza Tahrir en el centro de El Cairo para manifestarse principalmente en contra de los dirigentes militares del paí­s.

El movimiento de protesta en Egipto dijo que las protestas del viernes representan una «segunda revolución» y que su intención es exigir que los militares aceleren el ritmo para realizar las reformas democráticas en un paí­s que todaví­a está trazando su futuro polí­tico.